"La muerte de Diego (Schmidt-Hebbel) no fue un accidente, él también figuraba en la lista de las personas que debían ser asesinadas", indicó Belén Molina, la polola del joven economista asesinado el 4 de noviembre por el sicario José Ruz.

Según la investigación del Ministerio Público, el objetivo Ruz era asesinar a toda la familia de la joven por encargo de Pilar Pérez, tía de Belén, en el marco de una disputa por una herencia. En una entrevista con la Revista Caras, Belén relató por primera vez los hechos que rodearon la muerte de su pololo.

"Diego sabía las cosas malas que hacía esta señora. El sentía miedo por mí, que viviera al lado de ella", indicó la joven. "Cuando él me iba a dejar al departamento, dejaba el auto afuera, se bajaba primero, caminábamos hasta la entrada, esperaba que cerrara la puerta y recién ahí se iba", agregó.

El día del crimen, Belén -titulada de Odontología en la U. de los Andes- recordó que "abrí la puerta de la calle del edificio, y cuando le doy un beso, se nos tiró encima este hombre (José Ruz). Nos empujó a los dos hacia adentro. Entonces, al verlo armado, (Diego) gritó que me escondiera, casi como una orden. Corrí detrás de la puerta de seguridad y la cerré. Por el vidrio veía que forcejeaban, yo apretaba el botón para abrir la puerta de afuera, pero el señor Ruz la cerraba con los pies... Le gritaba que se fuera, que no iba a entrar. Tenía todo para arrancar, no había razón para dispararle a Diego".

Belén dijo que en ningún momento pensó que se trataba de un simple asalto. "Cuando Diego estaba en la Posta Central y los fiscales me preguntaron si a él o a su papá se le conocían enemigos, dije que había que investigar a la señora Pilar Pérez. Fui la primera en apuntarla con el dedo. Y mi papá, en la pieza del lado, declarando lo mismo (...). A ella no la considero un familiar, siempre fue el enemigo".

Otro punto en que se detuvo fue en la historia que ha marcado a su familia: "Todo partió con la muerte de mi tío 'Pancho' (Francisco Zamorano). En el minuto que supimos, a la persona que indicamos fue a la señora Pilar Pérez, partiendo por sus propios hijos. Hasta Diego me dijo 'tú tienes súper claro quién fue, ¿verdad?'".

La joven recordó a Diego y dijo que "él es mi ángel, pero no en el sentido bíblico, sino como un ser luminoso, que gracias a su valentía y sacrificio me dio la posibilidad de vivir. Aprendí que los ángeles son almas blancas que respiran, ríen, sueñan y pueden llegar a medir dos metros... tuve la fortuna de amar y ser amada por uno. Pero la maldad de una asesina y su sicario me lo arrebataron de las manos".