La división del Pueblo de la Libertad (PDL) se convirtió ayer en realidad. En vista del quiebre decretado por Angelino Alfano, Silvio Berlusconi firmó ayer los "funerales" de ese partido e impulsó la "resurrección" con la refundación de Forza Italia, el mismo nombre del partido con el que entró en la política hace dos décadas.

En la última reunión del Consejo Nacional del PDL en Roma, el ex primer ministro hizo una larga intervención, en la que atacó a Alfano, su ex aliado y mano derecha, y definió políticamente a Forza Italia, que agrupará a la centroderecha "berlusconiana", según consignó la agencia Ansa.

La escisión del PDL -fruto de la pugna entre los leales seguidores de Berlusconi y los partidarios de respaldar el actual Ejecutivo italiano- fue anunciada el viernes por el mismo Alfano, actualmente convertido en vicepremier del gobierno de coalición derecha-izquierda encabezado por Enrico Letta.

"Es muy difícil ser aliados en el Parlamento o sentarse a la misma mesa con quien quiere matar políticamente al líder de un partido", dijo Berlusconi durante la reunión del PDL, al referirse a la división del partido tras la salida de Alfano.

Sin embargo, el ex primer ministro abrió la mano a Alfano: "No debemos trazar un surco... sino apuntar a una coalición que agrupe a todo frente moderado italiano". Alfano anunció el viernes el nacimiento de un partido llamado Nueva Centroderecha.

Berlusconi hizo por último una declaración dirigida al Ejecutivo de Letta: "No estamos en condiciones de hacer caer al gobierno" en el Parlamento.

Cuando terminaba su discurso, de una hora y media de duración, Berlusconi, de 77 años, se sintió mal y debió ser asistido por un médico, mientras era ovacionado por sus simpatizantes.