El ex primer ministro británico, Tony Blair, presionó a su sucesor en el cargo, Gordon Brown, para que la investigación que se inicia este mes sobre la guerra de Irak se llevara a cabo en secreto, de manera de evitar un espec-táculo mediático, según publicó ayer el periódico británico The Observer. El medio planteó que Blair, quien involucró a Reino Unido en la guerra en 2003, trató de influir en Brown a través del ministro de gabinete, Gus O´Donnell, por temor a que se filtrara un diálogo directo con el actual jefe de gobierno.
Todo indicaría que el antiguo líder laborista, principal aliado del ex Presidente de EE.UU. George Bush en el conflicto, no quería prestar su testimonio en público y bajo juramento sobre el uso de información de inteligencia y sus conversaciones con Bush previas a la guerra. Una comparecencia pública de Blair podría minar su intento de convertirse en el presidente de la Unión Europea, pues necesita el apoyo de países europeos opuestos a la guerra, según planteó el diario Independent on Sunday.