Es imposible confundir a Bobby Kimball en Viña: siempre vestido de negro, con una polera que dice su nombre y tiene el subtítulo "La voz de Toto". Sentado en un sillón del Hotel O'Higgins, donde se hospeda hace una semana, el cantante suelta un sonoro aullido de lobo cuando ve a unos metros a dos promotoras con ajustadas vestimentas. "Dios mío", dice soltando una sonrisa.

Kimball está disfrutando su estadía en Viña, donde se presentará en el Festival por primera vez en 11 años, cuando vino con Toto en 2004, pero en esta ocasión como un ilustre concursante de la competencia internacional, representando a EE.UU. . "La última vez aquí fue uno de los mejores momentos de mi carrera. No exagero, hay dos momentos de mi vida que recuerdo como los mejores; uno fueron los Grammys de 1983, cuando fuimos nominados con Toto por Rosanna, y ganamos seis premios; y el otro es el Festival de Viña 2004", dice el músico, agregando con una sonrisa: "Aunque no nos llevemos el premio, nosotros ya hemos ganado".

Pero la curiosa participación de Kimball en la competencia tiene una agenda. El cantante busca expandir hacia Latinoamérica su ONG, SavingK9Lives, dedicada al rescate de perros callejeros. "Es gran parte de la razón por la que estoy aquí. En Chile hay muchos perros callejeros, y la gente necesita saber que pueden ser salvados", dice el vocalista, que asegura realizará un gran festival en la primavera en nuestro país, para generar conciencia respecto al tema, acompañado de un disco con artistas sudamericanos. En la antesala de su presentación en Viña, programada para anoche, Kimball se ve feliz: "Lo paso mejor ahora que en cualquier otra época de mi carrera, y trabajo más. Tengo 67 pero me siento de 25".