El 14 de agosto de 2010 se llevó a cabo la Operación Salamandra, en la que se detuvo a las 14 personas que luego fueron sobreseídas y absueltas en el denominado caso bombas. Entre los investigados estaba una mujer que vivía en la casa okupa Sacco y Vanzetti, quien logró burlar la acción de la policía. Tras permanecer prófuga durante más de dos años, ayer Gabriela Curilem Aránguiz (30) se presentó a las 8.30 horas ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago.

La mujer, junto con los abogados Julio Cortés y José Masías, pidió a la justicia ser sobreseída definitivamente de los cargos que el Ministerio Público y la policía tenían en su contra.

Con la entrega de la joven anarquista, apodada "Gaviota", el tribunal citó al fiscal de la zona Sur Víctor Núñez, quien manifestó ante esa sede judicial la intención del ente perseguidor penal de "no perseverar" la causa en contra de Curilem "por ahora". Ante tal situación, el Octavo Juzgado de Garantía decretó la extinción de la indagatoria en su contra, dejando registrado el acto con una resolución que fue dada a conocer este lunes por la mañana.

A la salida del tribunal, el abogado Masías comentó que "Gabriela se acercó a dos defensores del caso bombas con la intención de presentarse voluntariamente". Junto con esto, el jurista expresó que "el tribunal decretó a las 14.30 horas su libertad, atendido a que el Ministerio Público manifestó que no existían antecedentes para fundar una acusación en su contra".

Masías señaló que con esta resolución judicial se acaba "uno de los últimos vestigios del caso bombas", en alusión al fallo de la sala penal de la Corte Suprema, que confirmó las absoluciones de los seis imputados que fueron llevados a juicio por colocación terrorista de bombas.

El fiscal Víctor Núñez informó que no hubo un sobreseimiento de la causa, pues Curilem nunca estuvo acusada en el caso, al estar prófuga. "La fiscalía le comunicó al tribunal que no perseveraría, por ahora, en contra de Gabriela Curilem. Esto, sobre la base de la exclusión de prueba que hubo en la preparación del juicio del caso bombas y el sobreseimiento que hubo a los imputados de la asociación", dijo.

Prófugos

Durante la indagatoria, Curilem nunca pudo ser encontrada por la policía. Al comienzo del denominado caso bombas, su nombre era vinculado a un supuesto financiamiento del grupo anarquista, al que se le atribuía la colocación de una treintena de bombas en Santiago. Curilem, según la policía, era quien administraba dinero en la casa okupa Sacco y Vanzetti. Sin embargo, ninguno de esos cargos prosperó.

Quien aún se mantiene prófugo es Diego Ríos González (25), un joven anarquista que fue denunciado por su familia el 2009, por mantener ocultos en su pieza, dentro de un bolso, cuatro kilos de pólvora negra.

En marzo de 2011, la Fiscalía Sur pidió el sobreseimiento temporal de ambos prófugos, para que la causa no prescribiera, según comentó en esa época el fiscal Francisco Rojas. Hasta el momento, según señalan fuentes del Ministerio Público, no existe pista alguna sobre el paradero de Ríos.