Fue un partido ingrato para Claudio Bravo. El arquero chileno recibió sus primeros tres goles en el presente torneo liguero y en el peor escenario posible: de visita frente al archirrival.

Sin embargo, a pesar del resultado adverso, el ex Real Sociedad no tuvo responsabilidad en ninguno de los tres tantos merengues, que llegaron de la mano de errores defensivos y no con complicidad del golero, quien, al contrario de varios de sus compañeros, se vio concentrado y muy atento a las acciones del juego y, de hecho, cuando tuvo que intervenir se mostró seguro y con un alto nivel de confianza.

El de Viluco completó 755 minutos con su arco invicto antes de que Cristiano Ronaldo le anotara con un penal. Su análisis del partido versó sobre lo colectivo y no sobre lo individual.

"La sensación que nos queda es que el partido tuvo de todo. Al principio teníamos las acciones controladas. Demostramos lo bien que podemos jugar y por largo rato generamos mucho juego. Encontramos la ventaja con el gol de Neymar y después, incluso, pudimos anotar el segundo tanto. Después vino la jugada del penal y todo cambió drásticamente", analizó el capitán de la Roja.

"Después de que nos empataron, el partido ya no sería el mismo. En el segundo tiempo nos costó muchísimo y Real Madrid controló muy bien el trámite del compromiso", analizó, antes de añadir que "luego, con el marcador en contra y con ellos manejando los tiempos y apostando a la contra, no fuimos capaces de encontrar la forma de doblegarlos".

Pese a eso, el meta nacional se mostró tranquilo y confiado, asegurando que "esta derrota no genera dudas de ningún tipo. Lo importante de todo esto es que seamos capaces de dar vuelta la página y aprender la lección. Hay que rescatar las cosas que hicimos bien y corregir los errores que cometimos para enfocarnos de lleno en todo lo que viene más adelante", cerró el "13" del Barça.