"No era un viaje de negocios, venía del Dakar con unos amigos. Ahora lo estoy buscando en helicóptero", decía la tarde de ayer el empresario Juan Sutil, mientras participaba en el rastreo de su sobrino y gerente general de la Viña Sutil, Diego García de la Huerta (36). El piloto, con cinco años de experiencia, despegó a las 10.22 su avioneta Mooney M20 desde el aeródromo de La Serena y, tras unos minutos, desapareció.
En la Región Metropolitana un helicóptero UH y dos aviones Pillán sobrevolaban Chicureo, Colina y Tiltil, en busca de una baliza que emitía desde las 13.00 una señal de emergencia, mientras desde el aire su tío insistía en que su sobrino enólogo había caído en la Cuarta Región.
A su vez, en las cercanías de una mina de cobre en desuso, llamada San Juan, Yanicsa (18) y Yudicsa (16) Lazcano vieron una aeronave pasar a una altura "inusualmente baja". Sintieron un estruendo y luego sólo vieron humo. Seis horas después, salieron a pastorear cabras, hallando la avioneta calcinada. Volvieron a su casa y dieron aviso a su padre, quien le pidió a un vecino que llamara a Carabineros.
A las 18.20, un helicóptero de la policía halló la avioneta en la quebrada La Cachina, camino a Vicuña. Con García de la Huerta viajaban Felipe Eguiguren, Ricardo Marín y Sebastián Pérez. Todos estaban muertos.
Los cuatro amigos, ex alumnos del colegio Apoquindo, se juntaron en La Ligua el sábado, desde donde partieron a Bahía Inglesa para presenciar el paso del Rally Dakar.
"Ya la encontramos. Ahora mismo la estoy sobrevolando", dijo a las 19.00 Juan Sutil, quien viajaba a bordo del helicóptero con el padre del enólogo, también llamado Diego.
Según Manuel Aguirre, jefe del aeródromo de La Serena, "lo más probable es que la aeronave haya seguido la ruta habitual y al llegar a la zona del accidente se encontrara con una nubosidad, que disminuyó su visibilidad". Al tratar de aumentar su altura y evitar las nubes, De la Huerta no habría subido lo suficiente, impactando de frente con el cerro.
Sobre el error de la señal de alerta, el comandante Rodrigo Zeballos, coordinador del Servicio de Búsqueda y Rescate Aéreo (SAR) de la Fach, afirmó que probablemente se debió a que la avioneta contaba con una baliza de 121,5 Mhz, que tiene "un error de 65 a 70 kilómetros, lo que se suma al rebote en la zona cordillerana".
La incertidumbre sobre el lugar del accidente se acrecentó, ya que el destino inicial informado por el piloto era Ovalle. Luego éste habría sido cambiado por Tobalaba, donde se esperaba que llegara a las 13.30. Sin embargo, a las 13.00 la señal de alerta se activó. Según algunos testigos, por otro lado, una aeronave similar se vio en la zona de La Ligua. Tras dilucidarse el sitio, el fiscal de Aviación, capitán Sergio Sepúlveda, se dirigió a la IV Región para dirigir los peritajes.
Accidente previo
El 26 de julio de 2009, García de la Huerta había sobrevivido a otro accidente, cuando pilotaba una aeronave junto al instructor Francisco Ruiz-Clavijo. Despegó desde el Club Aéreo de San Fernando y, tras perder aceleración, cayó desde 80 m de altura y pasó por debajo de cables de tendido eléctrico. Finalmente, cayeron en un predio agrícola, sin lesionarse.
El piloto privado Miguel Squella lo describió como un piloto "cuidadoso. Se preocupaba de que todo estuviera bajo control".
Casado con Pilar Rojas, Diego García tenía tres hijos. Tras titularse de ingeniero agrónomo se especializó como enólogo en el extranjero. Era gerente de la Viña Sutil desde 2005, donde destacó por ser "alguien realmente proactivo. Se preocupaba de ser el gerente en todo sentido y estaba involucrado en todas las grandes decisiones", dijeron en la empresa tras conocerse la noticia.