Los partidarios de la legalización de la marihuana despliegan todos los argumentos para la batalla que se aprestan a dar en California el próximo martes 2 de noviembre. Ahí, junto con votar en las elecciones parlamentarias y de gobernador, los californianos deberán pronunciarse, a favor o en contra, sobre la controvertida "Propuesta 19", que establece la autorización del cultivo, venta y consumo de marihuana. Pero lejos de quedarse en un debate local, el tema ha levantado fuertes voces en su contra desde el gobierno central, en Washington, y desde México.
La bandera que más han agitado los defensores de la legalización es que con ella se podrían recaudar importantes recursos, en especial para un estado virtualmente quebrado como es California. Se calcula que, gravando esta droga con el mismo impuesto del tabaco y del alcohol, se podrían recaudar en California hasta US$ 4.000 millones anuales. Pero los opositores de la medida sostienen que lo que se recaudaría tendría que gastarse en atender los casos de adicción que esa droga provoca. Lo cierto es que el uso y consumo de cannabis desde hace mucho que forma parte de ese estado. Así, en 1996 se autorizó el uso de la marihuana para usos médicos, lo cual ha hecho proliferar negocios que venden esta hierba. Se calcula que en Los Angeles hay 400 dispensarios, y unos mil en el estado. Según un sondeo, la mitad de los habitantes del estado confesó que ha probado al menos en una ocasión la marihuana. Y sólo en septiembre, el gobernador Arnold Schwarzenegger firmó una ley que convierte la posesión de este producto en una falta menor, similar a la multa de tránsito.
Pero la iniciativa ha levantado una fuerte oposición del fiscal general de EE.UU., Eric Holder, que prometió aplicar "toda la energía" de las leyes federales contra la producción y el consumo de drogas. Así, en caso de aprobarse la propuesta, algunos analistas sostienen que la presión de la Casa Blanca y el resto del gobierno central sería similar a la que ha enfrentado Arizona por su dura ley de inmigración. Según un sondeo dado a conocer por el diario Los Angeles Times, el 51% de los californianos rechaza la propuesta y un 39% está a favor.
El punto central es que una aprobación en California pondría en una situación incómoda a Washington por la ofensiva contra las drogas que ha lanzado en otros países.
De hecho, al otro lado de la frontera se ha expresado el malestar por la posibilidad de que se pudiese aprobar la legalización de la marihuana, debido a las consecuencias negativas que tendría en suelo mexicano. El Presidente Felipe Calderón declaró que la votación del martes 2 "refleja una terrible inconsistencia en las políticas gubernamentales de EE.UU.". Ello, considerando la guerra que libra el gobierno de México contra los carteles de la droga, cuyo negocio en más del 50% está relacionado con esa hierba. De hecho, Calderón ha mostrado su oposición a la legalización de las drogas, en contraste con sus antecesores Ernesto Zedillo y Vicente Fox, quienes han planteado abrir un debate sobre el tema.