Señor director:
Ahora que ha vuelto a examinarse la posibilidad de levantar el puente del canal de Chacao, convendría estudiar también un proyecto elaborado por el ingeniero chileno René Fischman.
Este consiste en confeccionar un terraplén de fundación de un viaducto de aguas profundas para grandes corrientes, lo que permitiría hacer un puente flotante a un costo muy inferior a uno colgante, aprovechando la experiencia mundial en ingeniería marítima de países como Holanda, Japón, Estados Unidos y Canadá, entre otros. Además, este estudio contempla generar energía eléctrica utilizando las corrientes marinas del Canal de Chacao, considerando la gran amplitud de mareas que allí existen.
Es interesante analizar este proyecto, ya que cumpliría varios objetivos, por un lado, se podría obtener energía eléctrica barata, limpia, renovable y que no contamina el medioambiente; satisfaría la sentida necesidad de comunicación terrestre entre la Isla de Chiloé y el continente y desde el punto de vista de la seguridad nacional le permitiría al país disponer de cierta autonomía energética.
Pedro Romero Julio
Restricción vehicular
Señor director:
La restricción sistemática (diaria) a los vehículos no catalíticos entre abril y agosto es una de las pocas medidas para aliviar la contaminación, que se viene aplicando desde 1995. Sin embargo, esta medida es regresiva y su impacto en las emisiones es prácticamente nulo. En cambio, cuando la restricción es aplicada sólo en períodos de emergencia, tanto a vehículos catalíticos como no catalíticos, ésta sí juega un rol importante que permite salvar vidas de personas vulnerables.
La restricción vehicular sistemática podría ayudar a reducir la contaminación si es modificada en algunos aspectos. Las emisiones vehiculares dependen del nivel de congestión, el cual es excesivo porque los usuarios no perciben el costo de congestión que producen.
Establecer tarifas por congestión permitiría controlar este problema, pero podrían pasar décadas antes de que se resuelvan las dificultades prácticas sobre cómo calcular e implementar dichas tarifas. En el intertanto, restringir la circulación de ve-hículos (catalíticos y no cata- líticos) de forma sistemática, pero sólo en horas punta, y de forma tal que cada ve-hículo quede fuera de circulación sólo unas pocas veces al mes, podría ser una buena alternativa.
Esta medida debiera favorecer, primero, la armonización de viajes, la reprogramación de actividades y favorecer el uso del transporte público, antes que fomentar la compra de un segundo vehículo. Si a esto se agregara la posibilidad de vender los permisos de circulación en hora punta, la eficiencia económica de esta medida podría garantizarse.
Angelo Guevara C.
Facultad de Ingeniería,
Universidad de los Andes