No había anestesistas disponibles y la cirugía de trasplante de pulmón debió cancelarse. Pero eso no es todo: las escasas horas que resisten los tejidos para ser injertados transcurrieron mientras se buscaba a un especialista, por lo que el órgano no pudo ser usado y la donación se perdió.

Eso fue lo que ocurrió durante la mañana de ayer en el Instituto Nacional del Tórax. Según explicó la subdirectora médica del establecimiento, Gloria Ramírez, el procedimiento para el trasplante se activó cerca de las 3.00 de ayer, cuando se produjo una donación de órganos en Concepción.

Hasta allí viajó un equipo de procuramiento que regresó en la mañana, portando un corazón y un pulmón aptos para ser injertados.

Mientras esto ocurría, personal del recinto preparaba a dos pacientes mujeres que se encontraban en condición grave y en lista de espera para someterlas a la intervención. “Alcanzamos a realizar sin ningún problema el trasplante de corazón con los turnos diurnos. Luego necesitábamos continuar con el trasplante de pulmón, pero la atención médica anestesista no podía prolongar su jornada después de las 14.00. Se podrían haber hecho algunos esfuerzos, pero se terminó por perder el órgano”, dijo Ramírez, quien explicó que pasaron más de seis horas entre la extracción del órgano y la búsqueda de anestesistas disponibles, lo que derivó en que al mediodía el pulmón ya no estuviera en condiciones de ser trasplantado al paciente que esperaba la donación.

Agregó que, en paralelo al trasplante cardíaco, se intentó conseguir a profesionales, incluso externos, para realizar la cirugía, pero no hubo éxito.

“Podría haberse resuelto esto y, de hecho, uno de los anestesistas que es del staff y a quien hoy no le tocaba turno pudo habernos ofrecido colaboración, pero no se logró acuerdo interno por parte de la respectiva jefatura y se generó esta lamentable dificultad”, añadió Ramírez, quien agregó que faltó solidaridad.

“La anestesiología es una especialidad en falencia y más aún en este centro, porque es de alta complejidad. El staff es importante y hay que sostenerlo como corresponde, pero uno requiere de solidaridad para estas cosas. Todo lo demás estaba, el pabellón y el equipo quirúrgico, pero no había anestesista”, dijo.

Coordinación

Sobre lo ocurrido, Lorenzo Naranjo, el jefe de Servicio de Cirugía Cardiovascular del Instituto Nacional del Tórax y dirigente del Colegio Médico, sostuvo que hubo un problema de coordinación entre el equipo de trasplantes y los especialistas del recinto, que finalmente impidió la cirugía. Añadió que mientras se realizaba el trasplante cardíaco, en los restantes pabellones del instituto se practicaban otras intervenciones programadas.

“La jefa de pabellón no estaba enterada de que había un trasplante, lo supo de oídas y no tenía ninguna certeza de que se iba a hacer la cirugía”, dijo Naranjo, quien explicó, además, que el recinto tiene un problema de déficit de especialistas, tras haber puesto fin al contrato con una sociedad de anestesistas que, de manera externa, cubría el horario inhábil.

“En este momento, el Instituto del Tórax no tiene organizado un staff de anestesistas. Desde la dirección se terminó el contrato con la sociedad de anestesistas que existía y se contrató a otra, pero ese anestesista está de vacaciones. Hay un problema personal también entre la dirección y el equipo médico que está generando una serie de conflictos”, explicó Naranjo, quien sostuvo que la cirugía de trasplante pulmonar debió haberse coordinado en paralelo a la cardíaca y no esperar más tiempo, para prevenir la pérdida del órgano.

Especialistas del recinto consultados por La Tercera sostuvieron que ayer había un anestesista en formación disponible en el recinto, pero no fue considerado apto para dar la prestación.

Desde el Minsal se indicó que se hará un sumario para esclarecer los hechos y que se evalúan acciones legales.

Por su parte, el coordinador nacional de trasplantes, José Luis Rojas, sostuvo que “el recinto tiene que explicarnos lo ocurrido. Acá hay un esfuerzo magnánimo detrás por lograr hacer un trasplante. Hay una familia que donó órganos y un paciente grave, que requiere este órgano para vivir. Eso no puede estar sujeto a problemas internos de un hospital”. agregó.