Originario de Europa, donde se practica en los Pirineos franceses y españoles, el canyoning llegó a Chile hace unos 15 años, cuando unos pocos instructores comenzaban a practicarlo en los ríos del sur para luego crear los primeros circuitos. Sin embargo, sólo en los dos últimos años se ha hecho más masivo. Hoy es posible encontrar ofertas no sólo al sur de Pucón, donde por razones geográficas hay más opciones de práctica, sino también, dependiendo del caudal del río, en la Región del Maule y en el Cajón del Maipo, en Santiago.
Futaleufú, reconocida mundialmente para practicar rafting, es otra de las zonas donde el canyoning crece como complemento al rafting. Vanessa Oyarzo, guía de CondorFu, agencia de deporte aventura, fue instructora en Italia y hace cinco años lo ofrece en la zona, pero reconoce que hace dos que la disciplina se ha hecho más conocida. "No es tan masivo como el rafting, de hecho muchos llegan por éste (que es más caro), se enteran del canyoning y lo piden. Es una alternativa cuando te quedas varios días. Uno haces rafting y lo complementas con el canyoning", comenta.
Para todos
La actividad, que puede durar desde dos hasta seis horas, implica descender por un río de poco caudal, ya sea nadando, saltando entre rocas, deslizándose por ellas o usando cuerdas para descender en lugares en que el curso de agua cae como cascada. Dependiendo de la complejidad del circuito, lo puede practicar cualquiera.
instructor de la agencia Canyoning Pucón, que ofrece el servicio hace tres años en la zona. La empresa tienen circuitos en un lugar conocido como Pillán, en las faldas del volcán Villarrica y en Nevados (lago Caburga), cada uno a 38 mil pesos por persona.
Los recorridos incluyen toboganes a través de rocas lisas, caminatas, canopy, saltos desde rocas y rappel (descenso en cuerda por una cascada). En cerca de seis horas recorren 600 metros en pendiente.
"No es sólo adrenalina, el paisaje es precioso", dice desde Pillán Matilde Cordir, turista francesa que hizo el recorrido con dos amigas.
Aunque muchos circuitos son más complejos y requieren mejor estado físico, hay más básicos. Lo importante, dicen sus promotores, es la seguridad, que incluye, además del autocuidado, un casco y un chaleco salvavidas. Fernando Vásquez llevó a su familia a un circuito en Pucón, el que Aventur tiene en el río Correntoso. "Al principio lo dudé por mi hija, que tiene 10 años, pero es supertranquilo y el guía te da seguridad. La experiencia es increíble, absolutamente recomendable".
El programa de cuatro horas incluyó piqueros, caminatas y saltos con cuerdas por tres cascadas (de 10, 12 y 18 metros), además de la visita a una cueva. Cuesta $ 25 mil por persona.
En Futaleufú hay programas básicos y medios, por 25 y 50 mil pesos.