Dicen los colaboradores del empresario Carlos Cardoen que desde niño coleccionaba cosas. Que se insertaba entre los cerros de su natal Santa Cruz a buscar toda clase de objetos. Que apreciaba el valor de los que tenían tiempo.
Este "tiempo" es el que ha intentado representar en el museo de su propiedad, ubicado en el corazón de Colchagua, en la Sexta Región.
En el lugar se puede ver una vasta colección de huesos paleontológicos, joyería indígena, monedas chinas, banderines de las Waffen-SS, un piano de Bernardo O'Higgins y hasta la banda presidencial de José Miguel Carrera, entre más de 15.000 artículos recolectados, en gran parte, por el empresario.
Cercanos comentan que Cardoen es una "máquina" que no para y que siempre está inventando algo diferente que se pueda instalar en su pueblo, donde tiene una viña, un hotel y un casino.
El nuevo gran proyecto
Su nueva idea tiene que ver también con esta afición por juntar, dentro de la cual su colección particular de autos guarda un espacio singular. Tanto es así, que lo que era un espacio dedicado a ese tema al interior del recinto rápidamente se hizo pequeño para una colección de 25 autos. Por eso, en abril de 2012, ésta se transformará en un museo del automóvil y el transporte.
Así, lo que era una pequeña exhibición se convertirá en una gran muestra, que se emplazará en el circuito turístico de la viña Santa Cruz y que albergará más de 100 vehículos, además de motocicletas y "también un avión DC-3", explica el empresario.
Pero la joyita para muchos fanáticos del cine ochentero será un DeLorean recién llegado desde Estados Unidos. Tal como otro que ya está en el Museo de la Moda, en Vitacura. "Por esas coincidencias del destino, justo Jorge Yarur trajo uno para su museo, el de la segunda película. Fue casi al mismo tiempo", comenta Cardoen.
El del museo del automóvil es uno de los que se utilizaron en la grabación de la primera versión de Volver al futuro. Y es el mismo que llevaba a Marty McFly, el personaje de un joven Michael J. Fox, a viajar por el tiempo.
Sobre el modelo, Cardoen dice que "representa, aunque en forma absolutamente imaginativa y visual, un tema que sería muy lindo que lo pudiéramos hacer: jugar con el tiempo".
Además, cuenta que la intención de traerlo a Chile respondía a la necesidad de crear "ciertos atractivos emblemáticos".
Bajo esa misma premisa es que se han buscado autos de diversas épocas. Por ejemplo, habrá un Dupressoir de 1903 (Francia) y un Paige de 1913 (EE.UU.), el mejor conservado en Chile (nunca se le ha cambiado una pieza y funciona a la perfección).
También, de la historia más reciente, se exhibirá un Mercedes Benz blindado, azul pálido, que ocupaba Augusto Pinochet para transitar por la capital, a mediados de los años 90. Otro auto estilo presidencial que se podrá ver será un Pierce Arrow. El modelo fue un clásico ocupado por presidentes de EE.UU., a comienzos del siglo XX. "Viene con mucha historia, glamour y una gran belleza", dice el empresario.
Motos y autos chilenos
Sobre el museo en particular, su gestor detalla que, en un principio, la idea era que fuera un espacio dedicado únicamente al automóvil, pero se fueron agregando otros tipos de transporte. Uno de ellos fue la motocicleta.
Según cuenta el empresario, su amigo, el comediante Coco Legrand, se ha comprometido a prestarle su colección de 20 motos para que sean exhibidas en la muestra permanente, que alcanzará los 4.195 m2.
Otro que también se sumará a la muestra, afirma Cardoen, es Miguel Kaufmann, de la concesionaria de Mercedes Benz en Chile. "Ya me prometió, en comodato, varios de sus autos, que son piezas únicas".
Aunque el montaje museográfico no está totalmente definido, especialistas en el tema, tales como el coleccionista Jesús Diez González (dueño de Tur Bus), serían los encargados de su diseño. "Para mí, es el mejor restaurador que hay en América. Tiene los mejores autos, las mejores colecciones y el mejor estado", afirma Cardoen.
Por su parte, el director del museo de Santa Cruz, Marcelo Venegas, adelanta sobre la disposición de los autos que "la idea es ambientarlos en su época. Ponerlos en su contexto, a través de fotos y otros elementos".
También habrá espacio para los autos hechos en Chile. Uno de ellos será el Nobel. Este, según relata su dueño, se fabricó en Arica, con motor alemán de 200 caballos.
Además, dice, "aprovecho de hacer una solicitud de un Messerschmitt, que es como un avión sin alas, que también se hizo en Chile. Al que lo tenga, que me traiga uno", dice, pensando en seguir coleccionando.