Señor director:

El hecho de que a partir de 2015 los institutos profesionales (IP) no puedan impartir nuevas carreras de educación no hace otra cosa que reconocer la necesidad de elevar las exigencias y fortalecer el rango universitario que tienen las carreras de la educación.

Todos hablan de la calidad del profesorado, de la necesidad de aunar criterios para mejorar el ambiente escolar, de la categoría de la labor docente y su reconocimiento social. Pero para lograr esto es necesario que la formación inicial del profesorado vaya acompañada de mayores requisitos de ingreso y de lo que la vida universitaria provee;  más profesores jornada, posibilidad de realizar investigación, contacto con otras universidades y centros de práctica en los que se puedan desarrollar buenos modelos pedagógicos, entre otros.

Todos estos factores, tan determinantes en la preparación de quienes serán formadores de personas, no siempre están presentes en los IP, dado que su enfoque está en la formación técnica, más que en la académica. Aún así, es importante reconocer la necesidad de técnicos en la educación: fortalecen la labor del profesor, ayudándole en la gestión educativa y en el necesario apoyo en la sala de clases. Es decir, se complementan.

Francisca Bascuñán
Docente Facultad de Educación de la Universidad de los Andes