Más de 35 años después de la muerte de Francisco Franco, los primeros visitantes pudieron entrar ayer al Pazo de Meirás, la residencia de verano del ex gobernante español, en la localidad gallega de Sada. La casa, que perteneció a la escritora Emilia Pardo Bazán, fue abierta luego de una batalla legal de años con la familia de Franco. En 2008 fue declarado Bien de Interés Cultural, lo que terminó obligando a sus dueños a permitir la visita del público, tras perder un recurso impuesto ante el Tribunal Supremo.







