A mediados de junio de 2012 se vivió un verdadero revuelo en la comunidad del jardín "Hijitus de la Aurora", en Vitacura. El monitor de computación e hijo de la dueña del establecimiento, Juan Manuel Romeo, estaba acusado de supuestos abusos contra niños del jardín.
El caso, que dejó a Romeo por un año y medio en prisión preventiva, tuvo ayer su veredicto. El Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago lo absolvió de los cuatro casos por los que estaba acusado, criticó la labor de la Fiscalía Oriente durante la investigación y condenó en costas al Ministerio Público y al querellante. En otras palabras, deberán pagar los costos asociados al juicio, incluyendo la defensa del imputado.
Según la acusación que había presentado el Ministerio Público, Romeo sería el autor de cuatro delitos reiterados de abuso sexual impropio y de una violación impropia de menor de 14 años, hechos que habrían ocurrido al interior del jardín, entre los años 2010 y 2012.
En un comienzo, este caso fue tomado por el abogado Mario Schilling (ver recuadro), quien llegó a presentar más de 80 querellas por cada uno de los padres que asistían al colegio. A los pocos meses, todas estas causas fueron cerradas y la fiscalía siguió adelante sólo con cuatro supuestas víctimas. Durante la investigación, la Fiscalía Oriente también formalizó a la madre de Romeo, Ana María Gómez, quien según la fiscalía habría ocultado los abusos. Un año más tarde, la propia fiscalía dictó el sobreseimiento de la causa, tras determinar que no existían suficientes antecedentes.
La defensa de la familia Romeo, en tanto, desde un comienzo aseguró que el caso estaba basado en una "histeria colectiva", gatillada en gran parte por el abogado Mario Schilling.
En el fallo de ayer, en que uno de los jueces estuvo por condenar en tres de los cuatro casos, se establece que "la prueba inculpatoria presentada en audiencia no logró en el tribunal de mayoría la convicción necesaria; ausente de duda razonable, para establecer que realmente se hubieren cometido los hechos punibles objeto de la acusación".
El tribunal indica que estas fallas en la prueba bastaron para que no pudieran vencer la duda razonable, sin analizar de forma pormenorizada la tesis de la defensa, "en torno a justificar su teoría de inoculación, inducción, sugestión y sicosis colectiva que llevó a efectuar denuncias infundadas". Las juezas, eso sí, reconocen que, "efectivamente en el tratamiento del caso destacó una actuación profesional anti ética de un ex apoderado del jardín, el abogado don Mario Schilling". Agregó que a eso se suma, "una respuesta e indagación fiscal alejadas de los rangos de objetividad".
El tribunal, además, resolvió condenar a la fiscalía al pago de costas por perseverar con la causa, pese a "que no contaba con prueba apta y eficaz" y, asimismo, emitió declaraciones que "enfervorizaron a los querellantes, y un número mayor de denunciantes".
La querellante Paula Vial, junto con lamentar la decisión, dijo que la presentación de las 80 querellas fue perjudicial, porque "creemos que influyó en la tesis de la defensa".
Por su parte, el fiscal Sergio Salas indicó que "quiero destacar la valentía de las familias víctimas, especialmente de los niños, de venir a declarar, a pesar de que, a mi juicio, en este procedimiento no se les dieron las garantías necesarias".
En tanto, Ana María Gómez dijo que "yo les diría a los apoderados que se queden felices, contentos, porque sus niños no están abusados ni violados".