"De un día para otro lo perdí todo. Se me linchó, se me vejó". Estas fueron las palabras de Ana María Gómez, minutos antes de que los jueces del Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, determinaran sobreseerla de manera definitiva como cómplice de los delitos de abuso sexual y violación impropia.
Gómez es propietaria del jardín infantil Hijitus de la Aurora, lugar donde se habrían producido los delitos por los que está acusado su hijo Juan Romeo Gómez.
La mujer, de 66 años, había rechazado la solicitud de sobreseer el caso ofrecida por fiscalía, por lo que solicitó a los magistrados continuar con el juicio, pues aseguró "contar con pruebas suficientes para demostrar su inocencia".
Sin embargo, los jueces Francisco Lanas, Carlos Carrillo y Francisco Vela decidieron el sobreseimiento, acogiendo la petición del Ministerio Público, argumentando que los hechos por los que se le imputó nunca ocurrieron.
Al respecto, el defensor Mario Palma se mostró satisfecho por la determinación del tribunal. "Confirma que la fiscalía no contaba con ningún antecedente que le permitiera acreditar la ocurrencia de los delitos imputados a mi representada ni su responsabilidad en ellos. Los delitos nunca ocurrieron y Ana María Gómez es inocente", dijo Palma.
El fiscal del caso, Sergio Salas, señaló que tras ser excluidos seis testigos, el Ministerio Público no podía sustentar la acusación en el juicio oral, ofreciendo el sobreseimiento de la mujer. "Se excluyeron, principalmente, testigos que daban cuenta que en el jardín infantil se sabía que estaban ocurriendo cosas extrañas y que los niños estaban siendo abusados", explicó Salas.
A la salida del Centro de Justicia, Ana María Gómez, recordó que permaneció cinco días en prisión preventiva y 300 en arresto domiciliario. "A la fiscalía le falta una institución que la supervise, que la regule, porque no está actuando con objetividad", agregó.