Durante más de tres horas y media, el ex párroco Andrés San Martín prestó declaración ante el ministro Jaime Solís, por el caso de la muerte de Jorge Matute Johns.
La diligencia fue solicitada por el abogado de la familia, Fernando Saenger, con el objetivo de que el ex sacerdote entregara nuevos antecedentes, luego que en febrero del 2003, durante una misa de conmemoración, dijo que el joven estaba muerto y que su cuerpo había sido ocultado. En ese entonces, se negó a dar detalles, argumentando que esos hechos fueron revelados bajo secreto de confesión. A las 16.00 de ayer llegó San Martín, quien dejó la vida religiosa en 2007 para dirigir un recinto educacional. Se reunió en privado con Solís, quien hasta la fecha ha entrevistado a otros seis testigos. A su salida no entregó declaraciones.
Tras el interrogatorio, el ministro Solís señaló que el ex párroco "ratificó sus declaraciones, lo que significa que también mantiene el secreto de confesión y aportó otros antecedentes, distintos a los que él ha declarado".
Por su parte, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, respaldó el silencio del ex sacerdote. "La persona que sabe algo abusó, en cierto sentido, del sacramento de la confesión. Cuando un pecado es un delito, el penitente, y no el confesor, tiene la obligación moral de hacerlo saber a la justicia", aseguró.