Consciente de las diferencias que existían al interior del partido y en el gobierno frente al futuro de Jacqueline van Rysselberghe, el lunes pasado, Juan Antonio Coloma regresó a Santiago. Además de su directiva, convocó a los llamado "coroneles" a una reunión del martes.
No todos llegaron. Andrés Chadwick sólo hizo llegar su postura en favor de la salida, cuestionando la presión que estaba ejerciendo el partido. Pablo Longueira dijo que apoyaba a la jefa regional, pero que no se involucraría en la polémica.
Al día siguiente, en la reunión en calle Suecia, tampoco hubo una defensa cerrada a Van Rysselberghe, ya que Iván Moreira y Edmundo Eluchans se abrieron a la posibilidad de que la ex edil dejara su cargo, evitando así la acusación constitucional.
Ahora, el elemento que divide a la UDI es la posibilidad de que la intendenta renuncie para evitar el libelo, y así, no correr el riesgo de ser impedida de postular al Senado.