Hace un par de años ya que Chevrolet dejó de ser un actor relevante en el segmento de los vehículos familiares. Atrás quedó el exitoso paso de la coreana Vivant y la alemana Zafira, que salieron del line-up de la firma por un tema de renovación.

A cambio, llegó el Optra XL, un station wagon que ha tenido un buen desempeño de ventas, pero que no ha conseguido cautivar como la Vivant, debido, quizás, a su tipo de carrocería, hoy poco demandada por los usuarios chilenos.

Para sumar en el segmento de los vehículos familiares, la marca lanza el Orlando, un monovolumen mediano que asume como el reemplazante natural de la Zafira. El Orlando, eso sí, tiene una carrocería mucho menos definida, ya que se muestra como una mezcla entre monovolumen y crossover, siendo extremadamente versátil.

"Necesitábamos un producto que satisfaga al consumidor nacional, que pudiera solucionar los problemas de la familia", señala Mariano Domínguez, gerente de marketing de General Motor Chile.

El Orlando está construido sobre la plataforma del Cruze y es fabricado en Corea. Mide 4,65 metros de largo, 1,83 m de ancho, 1,63 m de alto y tiene una distancia entre ejes de 2.760 mm, suficiente para ofrecer tres corridas de asientos y capacidad para siete personas.

Por fuera tiene un diseño cuadrado, mientras que su interior es más atractivo gracias al trabajo de la consola central, que muestra dos curvas que comienzan en las puertas y terminan en la palanca de cambio.

"La competencia más directa del Orlando es el Mazda 5 y la Kia Carens, pero perfectamente podemos llegar a una persona que mira modelos como el Hyundai Tucson y Kia Sportage 4x2", agrega el ejecutivo.

El Chevrolet Orlando llega en dos versiones bien equipadas, ambas con un nuevo y excepcional motor turbodiésel 2.0 litros que ya cumple la norma Euro 5, que eroga 161 Hp y 360 Nm de par, asociado a cajas mecánica y automática, ambas de seis velocidades.

El equipamiento de serie contempla cuatro airbags, frenos ABS, asistente de frenado de emergencia, control de estabilidad y tracción, sensor de retroceso, controles de radio y crucero en el volante y aire acondicionado. La versión automática agrega dos airbags de cortina, climatizador, sensor de calidad del aire, sunroof eléctrico y espejos retrovisores abatibles.

La versión mecánica costará $ 11.290.000, mientras que la que trae caja automática sube a $ 12.490.000.

Las expectativas de ventas son de 300 unidades anuales, con un reparto de 70% para la caja mecánica y 30% para la automática.

Los ejecutivos de Chevrolet descartan traer versiones menos equipadas, pero sí anuncian una versión bencinera a corto plazo.