¿Cuántos somos los chilenos? Se habla de 15 y hasta de 16 millones, pero lo cierto es que hacia fines de este año la población del país llegará a los 17 millones. Y si se mira hacia adelante, casi para mitad de siglo -y a pesar de tener un ritmo más lento de crecimiento-, seremos 20 millones de personas.

Estos son los cálculos que ha hecho el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) hasta 2050, en los cuales estima que al 30 de junio de este año habría 16.928.873 habitantes en el país. Si se toma en cuenta que, según el Registro Civil e Identificación, en 2008 hubo, en promedio, más de 21 mil nacimientos al mes, la cifra de 17 millones podría ser alcanzada a fin de año. Más precisamente, dice el demógrafo del INE Gustavo Villalón, esto podría ocurrir el 6 de diciembre, pues el aumento anual es de una persona por cada 100 habitantes.

Del total, 49,4% serán hombres y 50,6, mujeres. Un 22% del total serán niños, un segmento que irá disminuyendo progresivamente en Chile, hasta igualar la cantidad de adultos mayores después de 2020.

En la proyección se nota también que en varias regiones, como las de los extremos, hay menos mujeres. Eso, según Villalón, se debería al "deseo de búsqueda de mejores expectativas de desarrollo personal y familiar". Según sus datos, hay más migración en la edad laboral de la mujer que en la del hombre.

Menor ritmo de crecimiento

No se trata de que la población crezca a pasos agigantados. Por el contrario: si entre 1995 y 2000 hubo un crecimiento absoluto de un millón de personas, entre 2000 y 2005 bajó a 826.997. Se espera que entre 2010 a 2015 disminuya a 770.910.

Además, según el INE, si la tasa de fecundidad por mujer es actualmente de 1,9 hijos, desde 2010 a 2015, e incluso hasta 2020, ésta bajará a 1,8 por mujer. Esto se encuentra bajo los niveles que se consideran de "reemplazo generacional". Se dice que con una tasa de 2,1 niños por mujer se asegura el recambio. "En menos de dos décadas, la fecundidad disminuyó 50%. En 1960, los menores de 15 años eran 40% de la población y hoy aportan, aproximadamente, el 25%", agrega Villalón.

Por eso, el demógrafo vislumbra varios cambios: el primero, que las familias se encogerán y aumentarán las monoparentales o los hogares unipersonales. El fenómeno ya existe: en 1992, una familia era de cuatro personas, y en 2005, de 3,6 en promedio.

Lo segundo es que habría que reorientar el uso de las salas de clases, pues cada vez habrá menos niños. El sistema de salud bajaría su carga en prestaciones a niños y subirían las de adultos, con enfermedades crónicas y tratamientos costosos. Habría mayor impacto en el sistema previsional. Como desafío, habría que "propender hacia ciudades más amables y viviendas para adultos mayores".

A ello se suma una disminución sostenida de la mortalidad infantil (bajará a la mitad en 45 años) y el aumento de la esperanza de vida. Si hasta 2010 ésta es de 71 años para los hombres y de 81 años para las mujeres, en adelante será de 76 años para los varones y de 82 para las mujeres. El problema que se ve a futuro es que, cerca de 2030, 60% de la población dependerá económicamente de quienes se encuentran en edad productiva, especialmente en Coquimbo, La Araucanía y Valparaíso.

Según un informe del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), Chile es uno de los países donde el proceso de envejecimiento está más avanzado y donde la proporción de habitantes mayores de 60 años "será superior al 20% en 2025".