De cruzar el Atlántico, el crucero Queen Mary II, demoraría casi cinco días, a 30 nudos. ¿Cuánto le tomaría a una embarcación a remo? Poco más de un mes. Pero en el "poco" está el desafío, pues entre diciembre y enero de 2010 dos naves intentarán llegar en exactos 30 días, desde Canarias, en España, a Barbados, en busca de un récord Guinness. Y en uno de esos grupos irá un chileno, el primero, según la Sociedad de Remo en Océano, en tratar de hacer la hazaña.
Se trata de Christian Garlaschi Sievert (26), ex oficial del Ejército que participó en operaciones de paz en Bosnia y que tuvo una aparición televisiva en un reality de citas. El hombre, que también es piloto, estaba averiguando cómo cruzar el océano solo, cuando supo que un capitán estadounidense estaba seleccionando una tripulación para hacer su tercer viaje por el Atlántico a remo, con el fin de romper el récord que en 2008 hizo la nave La Mondiale, en 33 días.
La idea actual es hacer esos 4.808 km en 30 días, avanzando 185 km diarios en un catamarán, una embarcación que no se asocia a los viajes a mar abierto. Por eso, el bote será diseñado y construido por el capitán Roy Finlay, de quien Garlaschi será remero. "Habrá seis personas remando por dos horas y después cambiará el turno. Se supone que será siempre así, por eso era tan importante la selección y capacidad mental de los participantes", dice el joven. No habrá nave de apoyo. El único contacto con el mundo será con equipos satelitales.
El chileno postuló con un centenar de personas a la tripulación. De ellos quedaron 30, y 20 llegaron a la selección en Shelter Island, en abril. Ahí fueron divididos en dos y un grupo quedó a su cargo. "Fue la oportunidad de mostrar lo que podía hacer. ¡Yo feliz!", dice Garlaschi, quien ya había comandado tropas. Tuvieron que armar refugios y remar por cinco horas y media con olas de dos metros y vientos de más de 36 km/h. "Yo pensé que iba a algo como lo que se hace en Chile. Que no nos iban a dar alimento ni agua, entonces iba preparado con mi comida y pastillas para purificar el agua, así que cuando llegué me di cuenta de que nada que ver, ¡que era el paraíso!", ríe. Pero a algunos no les pareció tan bueno y un instructor de remo se retiró por considerar que era todo "muy hostil". En el Atlántico será peor. Pueden haber olas de hasta 30 metros y temperaturas bajo cero y sobre 40 °C. Por si acaso, Garlaschi tuvo que firmar un documento donde se indica que si muere, su cuerpo será lanzado al mar.
Del grupo fueron seleccionados nueve remeros, la mayoría profesionales. "A Christian lo elegí porque tiene background militar y puede sortear situaciones incómodas. No era necesario que tuviera mucha experiencia remando en el mar, aunque tendrá que hacerlo", explica Finlay desde Estados Unidos. De todas formas, Garlaschi se ha preparado. Tiene experiencia en supervivencia, kayak, trota y a diario nada una hora. Tres a cuatro veces por semana corre 100 kilómetros en bicicleta. Ahora está concentrado en ver dónde practicar en una máquina de remo y cómo conseguirse los US$ 20 mil que requiere para financiar sus viajes, equipo y parte de la construcción del bote. "He hecho desde causas en Facebook y eventos en distotecas, porque aún no tengo respuesta de ningún auspiciador". De no juntar el dinero hasta noviembre, su participación podría peligrar.
El viaje será filmado y se ofrecerá a canales como Discovery Channel y National Geographic.