Nueve de cada 10 expertos en el campo de la planificación familiar en China recomiendan al gobierno de Beijing relajar la política del "hijo único". Se trata de una opinión tan abrumadora que el plenario de la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino (CCPPCH, el máximo órgano estatal), en el marco de sus sesiones anuales, comenzó esta semana a debatir abiertamente la manera de modificar esta legislación, que fue impuesta hace 30 años para impedir que el problema demográfico se transformara en una bomba de tiempo para China.
Pero tres décadas después, esa política está generando otros problemas, que ponen en riesgo su crecimiento económico y su posición como potencia económica, como son la creciente falta de mano de obra, la desproporción entre habitantes hombres y mujeres, y el envejecimiento poblacional. Hasta ahora, son cinco las provincias que debaten permitir a las parejas tener un segundo hijo si uno de los padres es hijo único (ahora esto es posible en algunos casos, cuando los dos progenitores lo son), explicó Li Jichun, delegado de la CCPPCH, citado por el diario South China Morning Post.
Se trata de un debate inédito, ya que hace sólo cuatro años fueron planteadas propuestas similares, pero fueron rechazadas de plano, por temor a un exceso de la población activa que no pueda absorber el mercado laboral.
Wang Yuqing, subdirector de una comisión sobre población de la conferencia consultiva, sostuvo que "una política de dos hijos, que se ponga en práctica en 2015, no llevará a un repentino aumento demográfico". Así, en su opinión, podría aceptarse que en las ciudades se aplique una excepción a la regla del "hijo único" que ya existe en el campo: permitir un nuevo hijo si el primero es niña. "Deberíamos animar a un hijo, permitir dos hijos y prohibir tres hijos. La fuerza de trabajo entre los 28 y 40 años caerá a la mitad en 10 años", dijo Ji Baocheng, miembro de la CCPPCH y presidente de la Universidad china de Renmin, consultado por el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
Actualmente, el 8,5% de la población china tiene más de 65 años, pero de seguir la tendencia, ese porcentaje podría duplicarse en 2030, llegando a 17,5%. El ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social, Yin Weimin, reconoció ayer en rueda de prensa que el envejecimiento de la pirámide demográfica china "plantea un enorme reto para el sistema de pensiones chino", que ahora cubre a un escaso porcentaje de la población, pero que se está intentando universalizar.
La política del hijo único se instauró a finales de la década de 1970 para frenar la superpoblación en China y para aliviar los problemas sociales y ambientales. Según las estadísticas gubernamentales, ha logrado parar el crecimiento demográfico anual desde 1,35 millón de nuevos habitantes por año en 1980 a los 630.000 actuales.
Según números oficiales, en China, en estos 30 años fueron practicados unos 265 millones de abortos. Muchos de ellos fueron hechos en forma tardía y arriesgada, porque la preferencia de los padres por tener una guagua de sexo masculino los lleva a esperar hasta el segundo trimestre, cuando el sexo del feto ya está definido.
Los partidarios de la relajación de la política también alegan motivos sociológicos, ya que el exceso de "hijos únicos" en las ciudades chinas ha creado las llamadas "generaciones de emperadores": niños más egoístas y caprichosos que los de las generaciones anteriores.