China y Pakistán lanzaron ayer un plan para realizar proyectos de energía y obras de infraestructura en el territorio paquistaní por un valor de US$ 46.000 millones, conectando sus economías y subrayando las ambiciones económicas chinas en Asia. El Presidente chino, Xi Jinping, viajó a Pakistán para supervisar la firma de acuerdos destinados a establecer un corredor económico entre el puerto sureño paquistaní de Gwadar, en el Mar de Arabia, y la región occidental china de Xinjiang. El plan, que eclipsará el gasto de Estados Unidos en Pakistán en la última década, es parte de la iniciativa china para crear una nueva "Ruta de la Seda" por tierra y mar que unirá a los mercados de Medio Oriente y Europa. Xi, cuya visita concluye hoy aseguró que se está cimentando una "asociación de cooperación estratégica a prueba de todo" entre los dos países vecinos. El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, dijo que el corredor transformará a su país en un centro regional y permitirá a China crear una ruta más corta y barata para el comercio y las inversiones con el sur, centro y oeste de Asia, Medio Oriente y Africa. "La amistad con China es la piedra angular de la política exterior paquistaní", afirmó Sharif en un discurso. El corredor, una red de carreteras, vías férreas y oleoductos, atravesará la pobre provincia paquistaní del Baluchistán, donde la longeva actividad de una insurgencia separatista, que el Ejército ha prometido aplastar, generará dudas sobre la factibilidad del plan. Ambas partes acordaron también fortalecer la cooperación en energía nuclear para fines civiles, en tecnología espacial y marítima y para la defensa y el contraterrorismo. Pakistán dijo que China aportará hasta US$ 37.000 millones en inversiones para proyectos energéticos que generarán 16.400 megavatios de poder. El gasto previsto por China supera el de Estados Unidos, que entregó US$ 31.000 millones a Pakistán desde 2002, según el Servicio de Investigación Congresional.