Una isla de un millón de personas partida en dos. Esa es la realidad que vive Chipre desde 1974. La República de Chipre, que goza del reconocimiento internacional y es parte de la Unión Europea desde 2004, controla dos tercios del territorio, mientras que la República Turca del Norte de Chipre, reconocida sólo por Turquía, se extiende en el tercio restante. El reciente hallazgo de enormes reservas de gas natural en la zona ha reforzado la importancia estratégica de la isla, situada a pocos kilómetros de Europa, Medio Oriente y el Norte de Africa.

Pero las reservas, que también son reclamadas por Turquía, han añadido un nuevo foco de tensión en las complicadas relaciones bilaterales de ese país con Israel, debido a que las autoridades chipriotas escogieron al estado hebreo como socio en las labores de explotación. Un panorama que se complicará aún más cuando Chipre asuma por primera vez la presidencia de la Unión Europea, en julio.

Según la revista Foreign Policy, la compañía norteamericana Noble Energy, con sede en Texas, descubrió, en 2011, entre 85.000 y 254.000 millones de metros cúbicos de gas natural en las costas de la zona económica exclusiva de Chipre, los cuales podrían contribuir "sustancialmente a la seguridad energética de la Unión Europea", que sufre de una gran dependencia exterior para cubrir su cuota de energía. Según la prensa chipriota, el yacimiento descubierto sólo representaría un 10% del total que se encuentra en las aguas del país. A pesar de los intentos disuasorios llevados a cabo por Turquía para frenar la explotación de las reservas, los planes siguieron en marcha, lo cual fue considerado por los turcos como una "provocación". Las autoridades turcas no reconocen a Chipre ni sus derechos sobre la zona económica exclusiva.

En 2010, Chipre e Israel firmaron un acuerdo para establecer los límites marítimos entre los dos países, debido a que la zona de exploración de la isla delimita con las aguas del país hebreo, al cual pertenece un 20% de los recursos descubiertos. La iniciativa no fue bien recibida por las autoridades turcas, debido a las tensas relaciones diplomáticas que mantienen con Israel desde 2010, cuando ese país atacó un barco con bandera de Turquía que intentaba romper el bloqueo en la Franja de Gaza. La revista británica The Economist señaló que la visita del primer ministro de Israel a Chipre, el 17 de febrero de este año, tenía como propósito estrechar lazos de cooperación que podrían materializarse con la construcción de un gasoducto sub- marino para exportar gas a Europa. Foreign Policy señaló que ese plan es muy difícil de implementar, debido a las complicadas relaciones entre Chipre y Turquía.

Chipre asumirá por primera vez en julio la presidencia rotativa del organismo durante seis meses. El viceprimer ministro turco, Besir Atalay, declaró, en septiembre, a la agencia de noticias Anatolian, que su país -cuya candidatura a la Unión Europea ha avanzado lentamente en seis años- "congelará sus relaciones" con el bloque si se le concedía esta presidencia a las autoridades grecochipriotas.

La pequeña isla que también ha estado últimamente en el ojo público, debido a que uno de sus equipos de fútbol -Apoel Nicosia- logró clasificar a cuartos de final de la Champions League, se ha visto afectada por la crisis que vive actualmente Grecia, país con el que mantiene importantes acuerdos económicos.

A finales de 2011, el ministro de finanzas de Chipre, Kikis Kazamias -quien dimitió el viernes- había señalado que las perspectivas económicas durante 2012 no serían favorables, a raíz de los desarrollos negativos de la economía griega.

El 13 de marzo, la agencia de calificación financiera Moody's bajó la calificación de Chipre, relegándolo a la categoría de países con problemas de solvencia.