La tecnología digital fue utilizada como una verdadera ventana de tiempo por investigadores británicos, quienes gracias al uso de técnicas digitales lograron reconstruir la apariencia que habría tenido en vida un caballero medieval, cuyo esqueleto fue encontrado en el castillo de Stirling, en Escocia.

El hallazgo se produjo en 1997, cuando Historic Scotland, una organización dedicada a la conservación del patrimonio escocés, realizaba trabajos en la fortaleza para recrear la apariencia que tenía ésta hace 500 años. En esa ocasión encontraron 34 esqueletos enterrados bajo el suelo de la capilla del recinto.

El lugar donde fueron sepultados los cuerpos indica que estas personas deben haber tenido alguna importancia social en la época, aun cuando no se ha podido precisar su identidad.

Caballero-rugbista

Científicos de las universidades de Dundee, Bradford y Oxford realizaron un minucioso estudio de uno de estos esqueletos, el que correspondería a un caballero que vivió a finales del siglo XIII o principios del XIV. El guerrero tenía entre 20 y 30 años al momento de morir y habría medido aproximadamente 1,70 metro. Además, habría sido contemporáneo de William Wallace, quien lideró a los escoceses que lucharon contra Inglaterra en la guerra de independencia de Escocia.

El estudio del cráneo de este esqueleto sirvió como base para la posterior reconstrucción del tejido muscular del rostro del hombre, lo que arrojó como resultado la apariencia que habría tenido su cara en vida (ver foto).

"Fue un hombre noble muy fuerte, con el físico de un jugador profesional de rubgy, quien pudo haber sido entrenado desde su niñez para el manejo de espadas y otras armas, y debe haber gastado una gran cantidad de tiempo andando a caballo", dice Richard Strachan, arqueólogo principal de Historic Scotland.

Según Sue Black, antropóloga forense y líder de la investigación, el caballero habría sobrevivido a numerosas heridas graves, entre ellas, una punta de flecha incrustada en su pecho y una abolladura en la parte frontal del cráneo producida por un hachazo.

El castillo de Stirling fue escenario de una batalla entre escoceses e ingleses el año 1297 y los científicos creen que el caballero habría muerto durante ese episodio, debido a un golpe de espada que le atravesó la mandíbula y la nariz.

Los detalles de esta investigación fueron registrados por la BBC y serán exhibidos este jueves, en un documental producido por la cadena pública.