POR LARGO tiempo la literatura y el cine de ciencia ficción han soñado con la existencia de robots que asimilen la apariencia humana, integrando funciones que les permitan escuchar, hablar y desplazarse como uno de nosotros.

Sin embargo, hoy en día no tenemos dicha clase de artefactos en nuestra sociedad, sino que se utiliza la tecnología robótica para asistir en labores del día a día, todo a través de máquinas cuyo aspecto se aleja bastante a lo propuesto en estas historias populares de la literatura y el cine.

Y es que los científicos aún están muy lejos de crear un robot integral que sea cercano a un ser humano. Pese a esto, diversas técnicas y herramientas descubiertas en el último tiempo han hecho que la tarea de diseñar una máquina inteligente deje de ser un sueño, convirtiéndose progresivamente en una realidad.

Aún falta tiempo para que los ingenieros e investigadores logren implementar las nuevas tecnologías en un solo robot integral completamente operativo, y mientras la sociedad está a la espera de aquello -ya sea por expectativa o por necesidad-, tenemos la oportunidad de mirar desde lejos los últimos avances que la ciencia y la informática tienen para aportar a este campo de la robótica.

Reconocer el entorno: cámaras

Lo más importante para un robot es identificar su entorno. Y en esa tarea, la visión es uno de los sentidos a los que mayor énfasis se le ha dado, existiendo tecnologías que otorgan habilidades a un robot que no solo igualan las capacidades del ser humano, sino que además las superan.

En este sentido es que se han implementado cámaras de alta velocidad, las que permiten a una máquina captar el movimiento de los objetos y procesarlo en cuestión de milisegundos. El resultado es una respuesta inmediata, por ejemplo, frente al accionar de las personas, adelantándose a lo que alguien hará basándose en la postura y primeros momentos de cómo alguien se mueve.

Por otro lado, el campo de la robótica adoptó con gracia la utilización del dispositivo Microsoft Kinect, consistente en un grupo de cámaras y sensores infrarrojos que otorgan sentido de profundidad y presencia para un aparato informático. Y pese a estar apuntado para su uso como controlador de videojuegos, la capacidad de detectar el movimiento humano lo convirtió en algo muy interesante para implementar en una máquina con otros propósitos.

Reconocimiento de voz

Teniendo un robot que puede ver, el siguiente paso es hacer que escuche. Para esto, el uso de micrófonos es básico, presentándose el problema a la hora de procesar e intepretar la información recibida, haciéndola comprensible desde el lenguaje humano al informático.

Dicha labor la realizan las computadoras y microchips de procesamiento, tal como los utilizados en equipos portátiles por millones de personas alrededor del mundo. Estos sirven para ejecutar aplicaciones existentes hoy en día que pueden entender frases completas y entregar respuestas a preguntas, tal como el caso del proyecto Watson de la empresa IBM, un supercomputador capaz de comprender el habla y peticiones complejas.

Watson fue puesto a prueba en un programa de concursos estadounidense, derrotando a sus contendientes de carne y hueso al responder correctamente las preguntas que se le hicieron oralmente.

Más cercano al mercado de consumidores existen versiones a menor escala, hechas para que dispositivos móviles puedan efectuar acciones gatilladas a través de la voz, como realizar búsquedas en Google, hacer llamadas y redactar correos electrónicos de manera automatizada. En el teléfono Apple iPhone 4S, estrenado en 2011, apareció una función llamada Siri para realizar dicha tarea, perfilándose como un asistente personal que responde a las frases y entiende conceptos más complejos que simples instrucciones directas.

Uso de sensores

Otro aspecto importante para un robot es comprender de manera íntegra su entorno, además de lo que ve y escucha, algo que los ingenieros logran mediante el uso de sensores de diversa clase.

Lo más básico es captar la posición de la máquina a través de acelerómetros y giroscopios, los que informan de la inclinación y rotación, junto con sensores de iluminación externa y la inclusión de chips GPS para el posicionamiento satelital.

Más allá de eso se pueden incluir sensores específicos para ciertas funciones deseadas. Tal es el caso de un proyecto en Corea del Sur, que busca implementar detectores de drogas y sustancias ilícitas para crear un robot capaz de monitorear cárceles y centros penitenciarios en la región, en reemplazo de los gendarmes.

Capacidades físicas

Tal como una persona, un robot es más útil cuando puede desplazarse por la mayor cantidad de terrenos y ambientes posibles, con la capacidad de alcanzar nuevos horizontes gracias al uso de máquinas de última generación. Dichas cualidades son investigadas ampliamente por instituciones relacionadas a las fuerzas armadas, principales interesadas en crear máquinas que reemplacen a los soldados en misiones de riesgo.

Hoy se han visto tecnologías para crear robots que puedan saltar hasta 10 metros, recorrer largas distancias gracias a alimentación energética vía luz solar y entrar en agujeros pequeños usando un estructura física flexible, entre muchos formatos que permiten a un aparato prestar una utilidad específica según sea diseñado.

Como herramientas para los humanos

Pero los esfuerzos de los ingenieros no están enfocados solo en crear máquinas autónomas, sino que también en algunos descubrimientos e invenciones que actualmente aportan para mejorar la interacción y ayuda para el ser humano.

Debido a esto es que los diseños de exoesqueletos se han visto mejorados tremendamente el último tiempo, con productos que sirven para vestir a una persona con accesorios que principalmente se enfocan en aumentar su fuerza, habiendo soluciones para levantar más de 100 kilogramos.

Por otro lado, científicos crean métodos para que una máquina se comunique con el humano a través de impulsos cerebrales, sirviendo para que personas con discapacidad y problemas para comunicarse puedan utilizar dispositivos electrónicos para aquello, junto con ofrecer en un futuro la posibilidad de controlar robots con la mente.