Una nueva crisis político-económica golpea a Grecia. La coalición tripartita que conforma el gobierno se rompió ayer tras la salida del partido de izquierda moderada Dimar, dejando así un Ejecutivo de conservadores y socialdemócratas, que están más determinados a seguir adelante con las reformas y rechazan convocar a elecciones anticipadas.

La incertidumbre provocó fuertes pérdidas en la Bolsa de Atenas que cerró con una caída de 6,11% y presionó a las acciones de todo el bloque europeo, ya afectadas por el anuncio de la Reserva Federal de EEUU de comenzar a retirar su programa de estímulos a fines de este año.

Dimar decidió retirar a sus dos ministros y sus dos viceministros del gobierno y pasar a una oposición "constructiva". El detonante de la salida fue el cierre de la radiotelevisión pública ERT, decretado unilateralmente por el primer ministro, Andonis Samarás. La crisis se profundizó ante la negativa del personero de gobierno de acatar una orden judicial que exigía el restablecimiento de la señal. Si bien Samarás cedió algo en sus posiciones al ofrecer un modelo transitorio de tres meses con contratos para unos 2.000 de los 2.700 trabajadores, Dimar lo rechazó.

Con una coalición más débil y menos escaños en el parlamento, el nuevo gobierno tendrá una tarea más difícil para asumir las reformas exigidas por la troika, integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una de las más controvertidas es el compromiso de despedir a 14.000 empleados públicos hacia fines de 2014. De ese total, 2.000 deberán eliminarse antes de que finalice este mes. El caso de ERT no representa un avance, considerando que el primer ministro mantiene su oferta de despedir a 700 de 2.700 empleados.

Cabe considerar que el acuerdo con la troika, a cambio del segundo rescate, prevé que todo desvío del programa implica, automáticamente, medidas adicionales. Además de los despidos, el Ejecutivo debe enfrentar un plan de privatizaciones y objetivos de recaudación fiscal.

En tanto, el FMI alertó que suspendería los pagos de ayuda a Grecia si los socios del euro no hacen frente a un déficit de financiación de 4.000 millones de euros en el programa de rescate.

El comisario Olli Rehn y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, aseguraron que la troika llegará a Atenas el 1 de julio y que la revisión del programa de rescate estaría lista en los primeros días de julio. A partir de ahí, los socios europeos liberarían un nuevo tramo del rescate. "La pelota está en el tejado del gobierno griego", dijo Rehn.