"En todo el mundo nos emocionamos con el rescate de los 33 mineros en 2010. Pero nada de eso hubiera sido posible sin la participación importante de personas y equipamiento del sector privado, que acudieron a asistir a las autoridades en esta tarea", dice Richard Zeckhauser, profesor de Economía Política de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.
Este economista es conocido en la academia por el concepto de gobernancia colaborativa, según el cual, la efectividad del Estado puede mejorar drásticamente al asociarse al sector privado en una variedad de ámbitos y tareas.
Zeckhauser visitará Santiago la semana entrante, para participar el jueves en el Tercer Encuentro Anual de la Sociedad de Políticas Públicas, que preside el economista Eduardo Engel.
En una entrevista telefónica con La Tercera explicó sus conceptos.
¿Qué es gobernancia colaborativa?
Básicamente, es una situación en que los sectores público y privado trabajan juntos. Hay dos extremos para esto: las relaciones entre ambos regidas por contratos y la otra son las contribuciones privadas a organizaciones sin fines de lucro y donde el gobierno no tiene injerencia. La gobernancia colaborativa está en el medio, en que cada parte ejerce alguna discreción y ninguna tiene el control exclusivo.
¿Puede citar ejemplos?
Un ejemplo de esto es el sistema de vouchers para la educación en Chile. Para los americanos es impresionante, porque ese modelo en EEUU cubre a un 1% de la población escolar, pero en Chile cubre al 50%. Otro ejemplo es el del Central Park, en Nueva York. Hace 20 ó 30 años estaba infestado de delincuentes, pero desde que una entidad público-privada, la Central Park Conservancy, se hizo cargo, ahora es un lugar espectacular y seguro.
¿Qué ventajas tiene?
Para el sector público es muy difícil atraer el talento del sector privado, pues en éste es mejor remunerado. Entre otras ventajas potenciales está la ganancia de produc- tividad, como en los programas en que se encarga a empresas privadas, como Cisco, el funcionamiento de sistemas informáticos. La legitimidad es otra ventaja, y un ejemplo son los programas públicos en EEUU, en que la capacitación de personas desempleadas es-tá a cargo de privados, que tienen más información que el Estado sobre las necesidades del mundo empresarial. Está también la consecución de recursos; la Central Park Conservancy, por ejemplo, recauda decenas de millones de dólares todos los años para el Central Park.
¿Tiene desventajas este sistema?
Identifico dos, la discrecionalidad de pagos y de preferencias. La primera se refiere a que el privado intentará incrementar su ganancia económica a costa del bien común, como en el caso de los dueños de la Mina San José, que según he leído cumplieron malamente la normativa de seguridad, para mejorar su beneficio económico. La discrecionalidad de preferencias supone que yo, como sostenedor de un colegio subvencionado, elijo darle a la enseñanza un tinte nacionalista o religioso en particular, lo que resulta inadecuado.
¿Significa esto que usted parte de la premisa de que el Estado es ineficiente y debe ser reducido?
Más bien, tengo una visión pragmática del Estado. No soy un liberal conservador que dice que el Estado debe tener menor tamaño. Preferiría atraer talentos al gobierno, pagándoles más a los altos funcionarios, pero eso no es muy popular, de modo que esta colaboración es una alternativa. ¿Recuerda el derrame de crudo de British Petroleum en el Golfo de México? Muy pocas personas en el gobierno sabían cómo aliviar los efectos.
En el área de la educación, si la colaboración público-privada mejora la productividad y la eficiencia, ¿debieran existir escuelas públicas?
Bueno, en EEUU, el 90% de los escolares va a escuelas públicas. No vamos a eliminarlos y hay muchos muy buenos. Yo fui a una escuela pública. Además, la gran esperanza de los colegios públicos, al menos en EEUU, es que los colegios subvencionados innovan y, eventualmente, el sistema público tendrá que cerrar esa brecha competitiva.
¿Ve alguna dificultad en que la colaboratividad coexista con el lucro?
No veo problemas. Doy dos ejemplos: después del 11 de septiembre, el servicio de guardacostas puso la seguridad de los puertos en manos de estos mismos, puesto que cada uno conocía bien los requerimientos de seguridad que tenía. También está el caso de los lanzamientos espaciales de la Nasa, una agencia gubernamental que encarga a contratistas privados toda esta operación: un ente formado por Lockheed y Boeing.