Al interior del Liceo Salesiano de Macul existe un gran espacio al que los apoderados entran en vehículo a dejar a sus hijos. Pero el ingreso a ese lugar era tan estrecho que por el portón sólo cabía un auto. "Afuera se formaban tacos que incluso bloqueaban el acceso a un condominio cercano. A los padres les tomaba hasta 20 minutos dejar a los niños. Se desesperaban", cuenta el director, el padre Juan Bustamante.
Sin embargo, cuando el miércoles pasado los alumnos regresaron a clases, la congestión en la entrada fue menor. ¿La razón? La ampliación del portón de acceso, que se ensanchó a 6,4 metros y que hoy luce dos pistas que permiten que dos vehículos pasen en forma simultánea.
El caos que se producía hasta el año pasado en las afueras del Salesiano de Macul se volvió a repetir esta semana enlas cercanías de diferentes comunas de la capital, con el regreso a clases de más de un millón de estudiantes.
Algunos de los colegios en las zonas con mayores problemas en Santiago también tomaron medidas para mitigar la congestión. Este año, en el Colegio San Nicolás de Myra, ubicado en República de Honduras con San Carlos de Apoquindo, decidieron diferir el regreso a clases, de manera de evitar el caos de los primeros días. Así, los alumnos de prekínder a 4º medio ingresaron a clases el jueves, y el viernes lo hicieron los de jardín infantil.
Precisamente, este sector de Las Condes es reconocido como uno de los puntos de mayor congestión a la hora de ingreso de los alumnos. En ese perímetro, además del San Nicolás de Myra, se encuentran el Colegio Cumbres, la Scuola Italiana, el Duoc y la Universidad del Desarrollo.
En la Scuola Italiana eran conscientes de esta situación cuando en 2009 se trasladaron a su actual ubicación, en la Av. Las Flores. Por eso, en el recinto construyeron tres zonas de estacionamientos, con distintos ingresos: uno para profesores y administrativos, otro que utilizan los apoderados de kínder hacia abajo y un tercero para los padres de los alumnos de 1º a 5º. Sin embargo, el jefe de Operaciones del colegio, Manuel Tornero, asegura que estas medidas no fueron suficientes. "De todos modos, las calles de ingreso colapsaban", cuenta. El año pasado construyeron un cuarto estacionamiento, que sólo se utiliza para dejar y retirar alumnos en forma rápida.
Además, hace dos años, el Colegio Cumbres y el San Nicolás de Myra, ubicados uno frente al otro, acordaron comenzar sus clases a las 8.00 y a las 8.05, respectivamente.
La brigada de apoderados
El Craighouse, ubicado en El Rodeo, en Lo Barnechea, creó el año pasado un novedoso sistema para hacer frente a los tacos. Se trata una brigada de tránsito compuesta por apoderados voluntarios -hasta seis por jornada- y que utilizan petos de seguridad. El gerente general del colegio, Paul Velasco, cuenta que la misión de esta brigada es recibir a los alumnos más pequeños en las puertas de los autos e ingresarlos. "Antes los padres se estacionaban y bajaban, y demoraban hasta 12 minutos. Hoy sólo se detienen y demoran menos", asegura Velasco.
Un sistema similar comenzaron a aplicar el año pasado en el Instituto Luis Campino: cinco auxiliares reciben a los alumnos más pequeños en la vereda y los ingresan.