El Ministerio de Salud de Colombia confirmó ayer que en la última semana los infectados con el virus zika en ese país superaron la marca de los 20.000 casos, llegando a 20.297. Además, la enfermedad -presente en 28 departamentos colombianos- ya ha infectado a 2.116 embarazadas.
Actualmente, Colombia es el segundo país más afectado de la región por el virus, después de Brasil, donde se estima que hay al menos 500.000 infectados. El virus zika, que transmite el mosquito Aedes aegypti, fue detectado por primera vez en 1947 en Uganda. Sin embargo, en mayo de 2015 apareció nuevamente en Brasil y se propagó rápidamente por casi toda América Latina.
Hasta ahora los casos se han registrado en países como Colombia, Panamá, Paraguay, México, Venezuela y El Salvador. Varios casos también se han registrado en EE.UU. y Europa.
En general los síntomas del zika son leves -fiebre baja, dolor de cabeza y articular o sarpullidos-, pero se sospecha que las embarazadas que contraen zika pueden tener luego bebés con microcefalia, una enfermedad congénita irreversible que provoca daños irreparables en el desarrollo motor y cognitivo de los niños.
Aunque la relación entre el zika y esta alteración no ha sido confirmada por ningún organismo oficial, en Brasil se sospecha que el virus está asociado a casi 4.200 casos de bebés nacidos con microcefalia, mientras que en Colombia se estima que 500 niños podrían nacer con ese trastorno. Además, en ese país se calcula que 600.000 personas podrían infectarse durante este año.
Los médicos brasileños informaron que en los bebés afectados también se han detectado daños en su vista y, probablemente, también en los oídos. Por ejemplo, la mitad de los 135 bebés evaluados en un centro de rehabilitación de Recife sufren de una visión limitada debido a que tienen deformados los nervios ópticos y las retinas. Muchos también son bizcos, dijo la oftalmóloga Camila Ventura. "Sus ojos están marcados de por vida", afirmó la doctora, quien agregó que hasta el "50% de estos niños padecen problemas visuales importantes".
La crisis incluso llevó a que la presidenta brasileña Dilma Rouseff diera una conferencia de prensa en la que afirmó: "Estamos perdiendo la lucha contra el mosquito. No vamos a decir que estamos ganando, pero vamos a ganar esta guerra".
Ante la decisión de algunos países como El Salvador de pedir a sus ciudadanas de que no se embaracen, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que esa no es la solución.
"No sabemos cuánto durará esto. ¿Qué pasa si en dos años está peor? Hay que trabajar para disminuir el vector (el mosquito) y para que las mujeres tengan mayor acceso a la contracepción", dijo Suzanne Serruya, directora del Centro Latinoamericano de Perinatología, Salud de la Mujer y Reproductiva de la OPS.