Desde mayo de 2010 bajar hacia el sector de La Portada de Antofagasta pasó a ser parte de la historia. Atrás quedaron esos paseos que incluían un descenso por una escalera interminable, bordeando los acantilados que anteceden al monumento natural, para poder obtener una postal lo más cerca posible del arco de piedra, que con su entorno de acantilados milenarios y arenas blancas se ha transformado en el ícono turístico de Antofagasta.
Según cuenta el director regional de la Conaf, Jorge Retamal, la decisión de cerrar el ingreso no fue fácil, pero los constantes desprendimientos de parte del acantilado ponían en riesgo la integridad de los turistas. Si bien esta situación fue resistida por la comunidad, Retamal señala que el tiempo ha dado la razón, y lo que en un momento fue una crisis, se transformó en una oportunidad, "ya que al dejar de pasar el hombre por ese sector, la naturaleza comenzó a recolonizar lo que había ocupado por milenios".
Así es como comenzaron a llegar miles de aves. Especies migratorias que antes del cierre sólo llegaban en busca de comida, se instalaron para reproducirse y nidificar.
Hoy es posible divisar especies como los pingüinos de Humboldt, piqueros, guanay, pelícanos y cormoranes, entre otras, quienes han aumentado su población. Incluso, hasta el lugar han llegado especies de gaviotín chico, ave protegida y en peligro de extinción.
"Se generó un lugar preciso para el aumento de la biofauna en el sector y como el hombre ya no intervino más, se produjo una limpieza, de manera que la naturaleza literalmente recolonizó el lugar", señala el director de Conaf.
Un valor incalculable tiene el poder mirar una playa sin ninguna pisada humana, sólo marcada por las huellas de las aves. Machos hacen galantería con las hembras. Una que otra avecilla sigue el recogimiento de las olas para alcanzar su alimento, mientras polluelos de distintas especies caminan tímidamente al compás de sus madres. Ese es el retrato de un cuadro que se podría prolongar en el tiempo. "La idea de cerrar el acceso al público. Eso nos permitió transformar a La Portada en un lugar donde uno puede observar a la naturaleza intacta", dice Retamal.