Fichas, tableros, manuales y el típico sonido de los dados al rodar por la mesa. Todos denominadores comunes de una generación que, antes de la televisión y los videojuegos, pasaba tardes entreteniéndose con el Monopoly, el Ataque o La Carrera del Saber.
La generación digital pareció terminar con esta costumbre y los juegos de mesa quedaban condenados a ser recordados como objeto de culto.
Sin embargo, un juego está cambiando esta tendencia. Se trata de Colonos de Catán, creado en Alemania hace 15 años. A pesar de estar durante todo este tiempo en el mercado, es su popularidad en Estados Unidos lo que lo ha hecho notar en el resto del mundo.
Menos azar
Javier Rivera ha sido desde siempre fanático de los juegos de mesa. Incluso, hizo de ellos su profesión: hoy es jefe de Desarrollo de Mitos y Leyendas, un juego de cartas chileno producido por Salo. Conoció a Catán hace poco más de un año y hoy es uno de sus juegos favoritos. "Al principio parecía muy amenazador, no le teníamos mucha fe. Pero un día hubo un corte de luz y decidimos probarlo. La experiencia fue tan buena que jugamos hasta que se apagó el generador", señala.
Son varios los elementos que hacen adictivo este juego y que explican que esté en el Salón de la Fama de Games Magazine. Los Colonos de Catán trata sobre diferentes colonias que deben poblar un mundo representado por el tablero. En cada turno, a través de cartas y dados, se generan recursos que son utilizados para crear caminos, asentamientos y ciudades, los que, a su vez otorgan puntos.
"El objetivo del juego es lograr 10 puntos, para lo cual es necesario establecer pactos e intercambios de recursos entre los jugadores, y en esa interacción social se da la mayor riqueza y entretención de Catán", señala el experto.
Además, como la disposición del tablero es aleatoria, se asegura que dos juegos nunca serán iguales, además de incluir la dosis exacta de elementos de azar: es un juego fácil de aprender, pero difícil de dominar.
Punto de partida
A pesar de su tardía llegada, revistas como Wired han catalogado a Catán como el "Monopoly killer" y el nuevo referente para la nueva camada de juegos de mesa. Esa opinión la comparte Francisco del Alamo, gerente de Zmart, una de las tiendas que venden el juego, curiosamente, frente a sus enemigos naturales, los videojuegos.
"De los más de 100 juegos de mesa que tenemos, es lejos el más vendido", cuenta Del Alamo, y se refiere, sobre todo, a parejas sobre 30 años, que buscan entretención para fines de semana largos o viajes a la playa, donde llevarse un televisor o una consola puede ser un problema.
Colonos de Catán es el nuevo punto de partida para conocer otros juegos similares, cuenta Del Alamo. "La simpleza de Catán hace que uno pueda aprenderlo en sólo 10 minutos. Luego, hay gente que quiere buscar cosas más complejas y la mayoría vuelve a preguntar".
El juego, dice Del Alamo, quien es otro fanático, es ideal para hombres y mujeres. "No conozco a nadie que haya jugado y no le haya gustado. Como no busca eliminar al rival, todos juegan hasta el final y rápidamente quieren la revancha".