El mismo martes por la noche, apenas un rato después de que se conocieran los números sorteados en el histórico Loto de $ 7.500 millones que tuvo a dos ganadores (cada uno con $ 2.919 millones), a Marta Mello Vergara (62) la llamaron desde la Polla Chilena de Beneficencia, en Santiago, a su casa en Talcahuano, para avisarle que era su local el que había vendido uno de los boletos premiados. A Marta le costó creerlo. Pensó primero que era una broma, pero al final terminó convenciéndose de que la noticia era verdad y que, por fin, "este año negro" le traía algo bueno.
Todo partió mal con el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero. El local de dos pisos que, hace unos 25 años, tenía a una cuadra del mar fue arrasado por el agua primero "y, luego, por los saqueadores que se encargaron de destruir lo que quedaba", cuenta. Como si eso fuera poco, una casa que tenía a media cuadra de la playa, en el vecino balneario de Dichato, también se vino abajo por la fuerza de las olas, mientras que su hogar en el puerto, a media cuadra de la Plaza de Armas, sufrió varios daños con el sismo.
Claro que eso no fue lo que "tiró" para abajo a la familia. Junto a su esposo, Eduardo López, de 66, compraron un container en un millón 300 mil pesos y desde el 3 de abril todos comenzaron a trabajar en la misma Plaza de Talcahuano, "todo impulsado por mi papá, que no quiso dejar de trabajar en el negocio", cuenta Pamela López, una de las tres hijas del matrimonio. Pero el pasado 25 de agosto, el esposo de Marta falleció a causa de un aneurisma cerebral, lo que significó un nuevo golpe para el clan. Por eso, los $ 58 millones que le pagarán por haber vendido uno de los boletos premiados trajo tanta alegría a la familia, ya que dentro de tantas malas noticias, el dinero servirá para levantar nuevamente el antiguo local, además de la residencia de verano en Dichato.
Considerando que entre lunes y martes vendieron más de ocho mil boletos de Loto, del ganador tienen pocas pistas. Mientras Pamela cuenta que "fue uno de los primeros que se jugó el lunes, a las 9.43", la señora Marta dice que "me da la impresión de que podría ser de Tumbes". Allí, en el campamento de damnificados de esa caleta, efectivamente la gente rumorea que el afortunado ganador vive allí. Incluso, sindican a más de alguno, que se encarga de negar en el acto.
En Puente Alto, donde se vendió el otro boleto, el desconcierto es total. Esto, ya que el local que imprimió el ticket sorteado -ubicado en un supermercado y perteneciente a una cadena de tabaquerías- emitió un total de 7.500 boletos el martes. De esos, nadie se ha acercado para cobrar su premio.