Hace seis años, Gonzalo Valenzuela consiguió su primer papel en la televisión argentina. Se trató de un personaje en la teleserie Doble vida. Pero recién el año pasado, con su rol de Nino, el villano de la teleserie Botineras, fue cuando logró, para muchos, su gran salto en la industria televisiva de ese país. Era un personaje que desde su inicio fue mutando, lo que le hizo ganar los elogios de telespectadores y prensa especializada. "El hizo un excelente laburo en Botineras, se lució mucho más que con sus trabajos anteriores", comenta Miguel Braillard, editor general de la revista Gente.

Y ahora, tras el escándalo que se desató cuando la pareja del actor, Juana Viale, fue fotografiada besando al ex ministro de Economía argentino Martín Lousteau, Valenzuela parece listo para dar un nuevo salto en su carrera en ese país. Lo primero que se verá en pantalla será que Mariano Ocampo, el personaje que interpreta en Un año para recordar -que promedia 20 puntos de sintonía-, tendrá mayor protagonismo a partir de ahora. Así lo confirmó el productor ejecutivo de la producción, Pablo Cullel: "Gonzalo cada vez tiene más protagonismo en la historia de la trama", dijo al sitio Primiciasya.com. Lo que sí desmintió es que el personaje fuera a vivir una historia de infidelidad, como se había rumoreado. "En ningún momento se especuló con la historia de él, al contrario. No queremos que nuestros protagonistas se sientan mal", declaró.

Además, el actor se uniría al elenco de la obra Desnudos, en uno de los roles protagónicos. Los ensayos deberían comenzar en las próximas semanas. Cómo se desarrollará su carrera televisiva a largo plazo tras el escándalo todavía no está claro. Un año para recordar está en la mitad de su emisión, por lo que aún no se conoce su futuro en las teleseries. Pero para Juan Parodi, director de negocios internacionales de la productora TyC 8 (ex ejecutivo del canal América), "seguro va a seguir creciendo. En la industria hay un millón de actores que han tenido problemas personales y han salido ilesos en sus carreras". Mientras Braillard opina que "creo que esto lo va a ayudar, porque su imagen no está dañada para nada. El no puede controlar las acciones de su pareja".

Esta no es la primera vez que la carrera televisiva de Valenzuela se ve ligada a su vida personal. Fue precisamente durante la grabación de El tiempo no para (2005) cuando conoció a Juana Viale, su compañera de elenco. Sin embargo, para Braillard esto sólo es un condimento, ya que el actor logró figuración antes de relacionarse con la nieta de Mirtha Legrand. "El entró por fachoso, haciendo personajes de galán. Lo interesante es que es el galán, pero villano y tiene buena llegada igual", recuerda.

Valenzuela ha intentado mantener el mismo bajo perfil que lo caracterizó en Chile, pero siempre ha estado presente en los medios por su complicada relación con Viale. Claro que el episodio con Lousteau fue, lejos, el más polémico.

Pero esos no son los únicos elementos que han influido en los buenos resultados de Valenzuela en Argentina. Para Parodi, Valenzuela es una figura llamativa para la industria de la ficción, independiente de los escándalos. "En el medio, esto no lo perjudica, tampoco lo mejora. Es valorado un montón y eso se nota, porque trabajo nunca le ha faltado. Termina una teleserie, hace el casting y comienza una inmediatamente". Y aporta un dato: "Acá, cuando alguien figura en la prensa por temas personales, se le dan solo participaciones especiales para promocionar la tira. Y a Gonzalo se le dan protagónicos".

Valenzuela también tenía un proyecto previo en cine. Antes de fin de año se estrenará Sal, western dirigido por Diego Rougier (La colonia) y producido por Javiera Contador, que fue rodado a principios de año en el norte del país. En ella, él interpreta a un pistolero. "Laboralmente, él está pasando por un muy buen momento, además de su entrega. Llegaba desde buenos aires a Pica, siempre dispuesto y con todas las ganas de hacer un buen trabajo", cuenta Rougier.