En los 90 se hizo conocida en Chile con sus diseños bajo la marca Pituqui-Pinaqui. Hoy, radicada en Nueva York hace dos años y medio, Pola Thomson (31) no sólo tiene su línea homónina -con tiendas en Manhattan y México-, sino que su última colección acaba de ser premiada en la Semana de la Moda en París, donde fue exhibida como ganadora del concurso internacional Who's Next Prêt-à-Porter. De visita en Chile para participar de la feria de diseño Ropero Paula 2012, Thomson desmenuza el clóset de los chilenos y da consejos para lucir bien, que en su apuesta es sinónimo de autenticidad.
Modas que se esfuman
Si hay algo con lo que no comulga esta diseñadora es con las tendencias que se esfuman con la temporada, algo muy propio del ropero nacional. Por eso, uno de sus consejos es no dejarse tentar por modas pasajeras. "Uno cree que le gustan en el momento, pero luego las desecha", dice.
Para Thomson, las personas se definen a través del vestuario y por eso deben elegir ropa que los represente siempre, "que tenga que ver con nuestra esencia o ADN". Por ello, aplaude la revalorización de las artesanías en el diseño de vestuario. "Le dan una identidad propia a lo que vestimos", dice.
No son pocos los expertos que dicen que los chilenos son fomes para vestirse. Thomson cree que son más bien elegantes y sobrios, que son dos valores nacionales que nos diferencian de nuestros pares latinoamericanos. La experta ve en eso un valor más que un problema, y cree que es un error pensar que eso juega en contra. Por eso, dice, son conceptos que integra en su nueva colección. "Siempre he admirado la elegancia sobria que tienen los chilenos. Usan otra paleta de colores que no tiene nada que ver con lo latinoamericano y eso es inspirador para mí. No lo entiendo como fome para nada. Creo que eso va más en la actitud", dice. Dos consejos: buscar el valor en los detalles de las prendas y atreverse a comprar una prenda única. "A los chilenos aún les da un poco de pudor darse ese lujo".
Conoce tu cuerpo
No todas las prendas les quedan bien a todas las personas. Las modas no ayudan a eso, especialmente cuando no son pocas las prendas que no se ajustan a la realidad de los cuerpos de las mujeres comunes y corrientes. Más aún si se trata de diseño de vanguardia.
En ese sentido, Thomson tiene una mirada crítica y una apuesta innovadora. Primero, no sólo cree en la ropa "sólo para algunas personas", sino que tampoco en las propuestas que no se ajustan al mundo real. "Por eso mis prendas son flexibles. Trabajo una talla única, que puede ajustarse con distintos amarres y puede usar cualquier persona. Busco esa democracia. No creo que la ropa sea para cierto tipo de personas. También pueden usarse en cualquier ocasión. De eso se trata", asegura.