Había sido una película exitosa en boleterías, pero que quedó archivada en la historia de Pixar sin especiales distinciones ni las elogiosas críticas conseguidas por títulos como Buscando a Nemo y Los increíbles. Es por eso que cuando, a inicios de 2008, el estudio anunció que haría una segunda parte de Cars, película que habían estrenado dos años antes, hubo sorpresa. La razón principal para que se hiciera esta secuela estaba en las alturas del estudio: el director y jefe creativo de Pixar y los estudios de animación de Disney, John Lasseter, es un confeso amante de los motores, y tenía entre ceja y ceja hacer una segunda parte de la historia ambientada en Radiador Springs y hacerla más grande.

"Simplemente amo los autos", resumió el creativo en una entrevista. Y promocionando la cinta, que en Chile se estrenó el jueves pasado, dijo que había empezado a idearla cuando viajaba por el mundo promocionando la primera parte. "Siempre estaba mirando hacia afuera y pensando '¿qué haría Mater en esta situación?'. Lo podía imaginar manejando en el lado incorrecto del camino en Gran Bretaña, haciendo grandes viajes por París, andando por las autopistas en Alemania, lidiando con las motos en Italia y tratando de entender los signos en Japón", comentó el también director de la cinta.

Así es cómo partió la idea que terminó convertida en una combinación entre una cinta de carreras -con etapas en distintos países- y una de espías internacionales, a lo James Bond, con persecuciones y explosiones incluidas.

Con la obsesión de Lasseter por los vehículos, uno de los grandes desafíos para los artistas de Disney-Pixar fue la construcción de los autos para la cinta, que en esta segunda parte son cientos y de diversas marcas, porque se quiso respetar el estilo de autos que se encuentran en cada país.

Para lograrlos bien, la empresa compró licencias que les permitían reproducirlos hasta el último detalle, y desde ahí empezaron a trabajar. El resultado son impactantes versiones animadas de autos como un Fiat 500, un Porsche 911 Turbo S y -como corresponde en una cinta a lo Bond- un Aston Martin. El nombre de ese personaje es Finn McMissile, un espía británico que erróneamente piensa que Mater también es uno de los suyos y le pide ayuda para capturar al villano Profesor Z.

Al igual que Toy story 3, el anterior estreno de Disney-Pixar, esta película tuvo un presupuesto de US$ 200 millones, y una parte de ese monto se fue para crear nuevas tecnologías, necesarias para que la película se viera y sonara tal como la imaginaba su director. "Cars 2 es el filme más complejo que se haya hecho jamás en Pixar. Esta película es un viaje alrededor del mundo y todos los sitios que aparecen son complejos. Cada país tiene personajes de fondo diferentes; y son cientos de autos. Asegurarnos de que teníamos la tecnología suficiente como para soportar ese tipo de volumen de información, manteniendo la más alta calidad de imagen, fue uno de nuestros mayores retos", explicó el director de supervisión técnica, Apurva Shah.

Efectos sonoros

Quienes también enfrentaron un reto especial fueron los encargados del sonido y los efectos de audio, que, como primera tarea, tuvieron que conseguir cada uno de los autos para grabar por días cada uno de sus sonidos, tanto acelerando o frenando como sus ruidos internos.

Además, para recrear bien las escenas de carrera y persecución, Lasseter les pidió que vieran -o más bien escucharan- cintas como las últimas entregas de las películas de Bond y la saga Bourne, que sirvieron de inspiración para su trabajo.

Pero no todo en los sonidos son ruidos de auto y efectos especiales: también está la música, que salió de la cabeza de un experimentado, Michael Giacchino, quien ya había trabajado en otras cintas Disney-Pixar y también se hizo conocido por musicalizar la serie Lost. El ha contado en entrevistas que se inspiró en el rock surfer de los 70, que cuando niño le daba la impresión de ser la música perfecta para las cintas de espías.

En la banda sonora, además, aparecen otros nombres, como el de Weezer, que rehizo la canción You might think, de The Cars, especialmente para la película.

Mater, Rayo McQueen y Sally son algunos de los personajes de la primera parte que retornaron para esta secuela. Uno de los que no volvió fue Doc Hudson, pero no se le sacó porque no sirviera a la historia esta vez, sino que porque la voz en inglés la interpretaba el fallecido Paul Newman, y Lasseter prefirió no reemplazarlo, para respetar su memoria.