La Copa del Mundo FIFA es hasta mañana la gran invitada de honor de Chile y su presencia en la Estación Mapocho es materia de permanente atención. Todos los pasos en torno al trofeo deportivo más importante están preestablecidos, desde su ingreso al avión que la trasladó a Santiago, sus desplazamientos en la ciudad y cualquier presentación pública.
La Copa es el tripulante más importante del avión MD 83, de propiedad de Coca-Cola, que ya se ha hecho popular en todo el mundo. Su ingreso a la nave se produce acompañada por dos escoltas, uno de los cuales es el encargado de portarla en una maleta de seguridad que la mantiene herméticamente aislada. La FIFA no permite tomarle imágenes al trofeo mientras no esté en exposición, ni menos que alguien no autorizado siquiera la roce. Es más, la norma al respecto establece que sólo están habilitados para tomar la estatuilla el presidente de la FIFA, los jefes de Estado y aquellos jugadores que hayan sido campeones del mundo. Por tal motivo, en Chile sólo la Presidenta Michelle Bachelet podría tener contacto con la pieza.
Claras instrucciones
Por eso, en esta escala en Santiago, las autoridades de la FIFA les explicaron claramente a Sergio Livingstone, Elías Figueroa y Waldo Ponce, encargados de recibir oficialmente el trofeo a nombre del fútbol chileno, que no podían tocarla. Y cuando uno de ellos hizo el ademán de tomarla, fue detenido por un fuerte "¡noo!", de parte de quien ocupaba el micrófono de la ceremonia.
Quienes por razones operativas tengan que manipular el trofeo deben hacerlo necesariamente con sus manos enguantadas, en tanto que su exposición al público exige la protección de una cápsula de vidrio. El resto del tiempo permanece guardada bajo estricta custodia, en un hotel del sector oriente de la capital.
Un vuelo de primera
La copa está acompañada en Chile por una comitiva de 10 personas. Expertos en seguridad, representantes de la FIFA, de Coca-Cola y hasta un médico forman parte de la tripulación que vuela junto con la estatuilla por todo el mundo. Un vuelo de primera clase, con almuerzo a la carta e, incluso, un pequeño lobby que permite la atención a la prensa y una muy privada exhibición del trofeo al momento de aterrizar en cada país.
El Tour Trophy Coca-Cola se extenderá hasta hoy. Mañana la comitiva se trasladará a Buenos Aires, como parte del tour que espera el próximo 4 de mayo sumar 83 países y acumular 134.017 kilómetros, distancia equivalente a tres vueltas a la Tierra. Una verdadera Copa del Mundo.