Una dura reacción generó entre un grupo de vecinos el inicio de los trabajos para cerrar el acceso a las dunas de Concón, terrenos que son de propiedad de la inmobiliaria Reconsa. La empresa decidió comenzar ayer el anunciado cercado del predio de 50 hectáreas, un plan resistido por la comunidad y las autoridades locales, que defiende el uso público de ese espacio (19,5 hectáreas del lugar son Santuario de la Naturaleza) y que temen la construcción de nuevos proyectos habitacionales.

Cuando cerca del mediodía un grupo de 10 trabajadores, junto a una grúa, empezó a instalar el cerco, los transeúntes y residentes que llegaron al sector iniciaron una protesta y terminaron por derribar las rejas. Ante esto, Carabineros debió intervenir para impedir mayores desórdenes.

El senador Francisco Chahuán, residente de la comuna, dijo que el cierre del sector "es una provocación hacia la ciudadanía" y que "el Presidente está estudiando varias posibilidades", entre ellas la expropiación. El alcalde de Concón, Jorge Valdovinos, apoyó la causa e hizo un llamado a los cercanos al sitio a manifestarse.

Estas reacciones fueron rechazadas por la firma, que pidió protección policial para continuar con las labores y criticó la actitud de la jefatura comunal: "El alcalde es una autoridad, quien debe velar por la seguridad pública y él estaba haciendo un llamado a la dirección contraria, dejándonos preocupados y tristes", señaló Juan Ignacio Soza, gerente general de la firma.

"No hay que tener permiso para cerrar los terrenos que son privados y que no tienen ninguna delimitación", agregó Soza, ante las manifestaciones del centenar de vecinos.

El ejecutivo indicó que "los trabajos de cierre van a continuar y se va a cerrar tal como se ha dicho" y explicó que la medida se basa en el mal uso que se les da a los terrenos, que "tanto de los que son santuario, como los de nuestra propiedad se están desarrollando ciertas actividades económicas no autorizadas ni por nosotros ni por el municipio". Esto, en relación a eventos y arriendo de elementos deportivos, como el sandboard.

La empresa afirmó que el único objetivo es "resguardar su estado de conservación" y aclaró que el perímetro del santuario "va a permanecer con libre acceso, hasta que contemos con las autorizaciones correspondientes para su cierre". Soza aseguró que en las 30 hectáreas restantes no se descartan un proyecto inmobiliario "algún día, aunque no hay nada concreto".