Señor director:

Qué paradójico resulta ver cómo el ministro Rodrigo Hinzpeter y el fiscal Sabas Chahuán se sacan los ojos frente a un país impresionado por la descoordinación de sus autoridades. Esto, mientras el subsecretario de Prevención del Delito, quien a estas alturas debiera dar las explicaciones del caso, toma palco junto a su millonario staff de asesores en medio de un escándalo de proporciones.
Quienes votamos por el Presidente Piñera no aspirábamos a ser espectadores de estos episodios, que no hacen más que desprestigiar a la alicaída clase política.

Tomás Langdon G.
Abogado