El Consejo de Guardianes de Irán detectó irregularidades en las elecciones presidenciales del 12 de junio, en las que se impuso el actual mandatario, Mahmoud Ahmadinejad. El organismo señaló ayer que en 50 ciudades votaron más personas de las que figuraban en el padrón electoral, lo que involucra a más de tres millones de electores. Así lo reconoció el portavoz del organismo, Abbas Ali Kadkhodaei, en la página web del canal estatal de televisión Press TV, respondiendo a la denuncia de Mohsen Rezaei, uno de los candidatos derrotados.
"Las estadísticas proporcionadas por Rezaei, en las que reclama que más del cien por ciento de los electores registrados ha emitido su voto en 170 ciudades, no son exactas. El incidente ha ocurrido en solo 50 ciudades", dijo Kadkhodaei, añadiendo que aún resta determinar si esos sufragios fueron decisivos para el resultado de la elección.
El Consejo de Guardianes -integrado por seis clérigos y seis juristas- debe validar los resultados presentados por el Ministerio de Interior para que éstos sean oficiales.
Los resultados de los comicios provocaron enfrentamientos entre la oposición y fuerzas de Seguridad. Tras la sangrienta jornada del sábado, donde al menos 19 manifestantes murieron -según cifras de la cadena CNN-, las calles de Teherán estuvieron ayer más tranquilas. Sin embargo, varios testigos dijeron haber escuchado gritos de opositores y disparos de la policía.
La televisión estatal iraní confirmó que 10 personas murieron el sábado y que más de 100 resultaron heridas en manifestaciones "infiltradas por elementos terroristas", según la televisión. Testigos afirmaron que la policía utilizó balas de plomo y que los muertos son más que los informados.
Por su parte, la policía reveló ayer que 457 manifestantes fueron detenidos. Además, fueron arrestadas por algunas horas la hija y otros cuatro familiares del ex Presidente Hashemi Rafsanjani, crítico de Ahmadinejad. El líder opositor Mir Hussein Musavi convocó a sus seguidores a continuar las protestas contra el presunto fraude, pero sin violencia.
"Complot"
Ayer se desató un duro enfrentamiento diplomático entre Irán, Reino Unido y EE.UU. Ahmadinejad acusó a ambos países de interferir en asuntos internos y "fomentar las protestas", luego de que el Presidente estadounidense, Barack Obama, apoyara a los manifestantes el sábado y llamara al gobierno iraní a terminar con la represión violenta. Ahmadinejad dijo que dichos países "no pueden más ser considerados amigos de la nación".
El canciller iraní, Manuchehr Mottaki, convocó a los embajadores europeos en Teherán para expresarles el malestar por las reacciones de condena de varios países occidentales. El ministro denunció que Londres desarrolló un "complot" preparado "hace dos años". Mottaki destacó que meses antes de los comicios hubo "un incremento fuerte en el flujo de personas provenientes de Reino Unido que entraban a Irán", que estarían ligadas a los servicios secretos británicos.
El ministro de Exteriores británico, David Miliband, rechazó las acusaciones y desestimó que las manifestaciones hayan sido "manipuladas desde el exterior".