Es un hábito involuntario que puede desgastar o fracturar dientes completos. Provoca jaquecas, dolor de cuello, mandíbula y espalda. Y aunque ocurre de día, es más peligroso y frecuente de noche: pueden ser hasta 10 episodios de cinco minutos, donde se genera una presión en los molares de hasta 60 kilos por centímetro cuadrado, hasta hacerlos rechinar.

Se trata del bruxismo, un mal cada vez más común entre los chilenos que, según los expertos, ha experimentado un alza de hasta 50% en las consultas en los últimos dos años. La mayoría de los pacientes son niños y jóvenes. "El 60% de mis pacientes corresponde a adolescentes, entre 12 y 20 años", dice Rodrigo Casassus, académico de la U. de Chile y odontólogo de la Clínica Alemana.

Guillermo Flores, odontólogo de la Clínica Santa María y experto en bruxismo de la U. de Chile, confirma el fenómeno y las cifras. Dice que el alza de casos es de al menos un 50% y que la mayoría de sus pacientes llega por sensación de cansancio en la mandíbula y dolor facial y son niños y jóvenes. Aunque bruxar los dientes durante la niñez es normal, especialmente entre los cuatro y seis años, donde los niños inician el cambio de sus dientes, la intensificación del fenómeno tras esa edad revela un problema mayor.

Causas

Las causas del aumento son múltiples. "Siempre se ha asociado a la ansiedad y al estrés. Los niños (y adolescentes) cada día tienen más responsabilidades, lo que puede estar ocasionando que apreten los dientes al dormir. Además, la gente tiene más conciencia del problema, por lo que va más a la consulta. Pero el estrés no es el único factor", dice Casassus.

Mayor cantidad de trastornos del sueño, sobrepeso, fármacos contra el déficit atencional y mala alimentación también pueden ser gatillantes del bruxismo a toda edad, explica el experto. "Todas estas patologías pueden contribuir. Es un tema que en los últimos 10 años se ha ido estudiando", dice.

Un estudio que hizo Casassus en la Región Metropolitana en 2007 , y que será publicado en los próximos meses, revela que el 80% de los niños de la capital entre 10 y 14 años tienen un desgaste en sus dientes. Y que de ellos un 20% tiene un desgaste mayor, "que puede ser un indicio de bruxismo", dice.

Tratamiento

Guillermo Flores no sólo es experto en bruxismo, sino que ha vivido de cerca el problema: su hijo de 17 años lo padece, tras pasar por una época de gran estrés. "En casa de herrero, cuchillo de palo", dice riendo. También, asegura, sus alumnos le consultan cada vez más por el tema. El experto señala que aunque el alza es notoria en las consultas, existe tratamiento para este problema, aunque no una cura. Se trata de un plano de relajación, o placa que se coloca entre los dientes. Esta placa -que se usa al acostarse- alivia la presión sobre los dientes y permite eliminar el dolor de mandíbulas, las jaquecas y dolores de cuello y espalda.

Pero no cualquier placa sirve, advierte Roberto Irribarri, presidente del consejo nacional de cirujanos dentistas de Chile. Hay planos "preformados blandos" que se están vendiendo en farmacias y que las personas están usando por autoindicación para aliviar las consecuencias del bruxismo. "Pero esos planos sólo sirven para proteger los dientes cuando se hace deporte", advierte Irribarri.

Los especialistas coinciden en que los planos blandos no deben usarse como reemplazo de la placa de relajación hecha a medida y por expertos, ya que pueden aumentar el efecto de dolor y hacer más daño. "Las personas con bruxismo deben consultar a un especialista", acota Irribarri.