Durante décadas se han contado leyendas en torno a los tesoros que oculta el "Oriflama", el navío mercante español que en 1770 naufragó en las costas de Curepto, en la Región del Maule.

En 1999, la empresa de investigaciones marítimas Oriflama S.A comenzó la intensa búsqueda de la embarcación. Fue gracias a archivos históricos y magnetometría -explorar la presencia de hierro- que se descubrió, en 2004, la ubicación del galeón y se comenzaron a extraer las primeras especies, como fragmentos de cristal y trozos de madera, solo una pequeña parte de sus 680 toneladas de carga. Ese año, la empresa reclamó la propiedad del "Oriflama" y el Juzgado de Letras de Curepto resolvió a su favor. Años más tarde, luego de que la Contraloría determinara que la embarcación tenía la calidad de "monumento arqueológico", solicitó los permisos ante el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y la Dirección General de Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) para extraerlo, los que le fueron negados por ambas instituciones estatales. Ante la negativa, la firma presentó un recurso de protección y ayer la Corte de Apelaciones de Talca lo rechazó y declaró que no se cometió una ilegalidad al impedir sacar la nave y su cargamento del mar.

Respecto a la decisión, José Luis Rosales, gerente general de Oriflama S.A opinó que "esto es un fallo que nos desfavorece y también lo hace con todas las personas que tienen interés de que ese barco finalmente se saque, saber qué hay adentro y disfrutar de los elementos que contenía". Añadió que la batalla por extraer el "Oriflama" después de 245 años no ha terminado: "No descartamos recurrir a la Corte Suprema o iniciar alguna otra acción judicial" .

Por su parte, Ana Paz Cárdenas, secretaria técnica del Consejo de Monumentos Nacionales, señaló que "con el dictamen, la empresa ve obstaculizadas sus pretensiones de dominio y extracción del patrimonio existente (...) este fallo es de gran importancia para el CMN, ya que la conservación de los vestigios de restos náufragos nos ayudan a conocer parte de nuestro pasado".

El naufragio y el tesoro

El nombre oficial del "Oriflama" es "Nuestra Señora del Buen Consejo y San Leopoldo". Zarpó el 18 de febrero de 1770 del puerto de Cádiz y se hundió el 25 de julio. Su carga estaba compuesta por 3.396 cajones, entre los que se encuentran bultos a nombre de don Mateo de Toro-Zambrano, cristalería y se han recuperado monedas de oro de la época. Después de cinco meses de viaje, encalló luego de una tormenta en la desembocadura del río Huenchullami en Curepto.

Según señaló la empresa, luego de la extracción se crearía un museo en la ciudad con una parte de los objetos recuperados, y las especies que no sean ocupadas para esos fines "se destinarán al comercio para financiar las operaciones".