En una entrevista con la revista Forbes, Dong Nguyen, el creador vietnamita responsable de uno de los últimos éxitos de los videojuegos para equipos móviles, señaló que no se arrepiente de su decisión de sacar Flappy Bird de las tiendas de aplicaciones para iOS y Android, y que el juego pasó a mejor vida "para siempre".

Según explicó desde Hanoi, la idea tras su creación era entregar unos cuantos minutos de entretención a los usuarios, pero, en su lugar, el juego se transformó en la obsesión de muchas personas alrededor del planeta, algo totalmente contrario a lo que él esperaba.

Además, la fama que alcanzó Flappy Bird, con ingresos cercanos a los 50 mil dólares diarios por publicidad y un sinfín de críticas y alabanzas por su apariencia, cuya estética recordaba a Mario Bros., provocó que el desarrollador sintiera que su "simple estilo de vida" se había visto afectado, algo que a todas luces no estuvo dispuesto a aceptar. "Mi vida no ha vuelto a ser lo cómoda que era antes", explicó, a lo que añadió que "ni siquiera podía dormir".

Tras retirar el juego, el joven de 29 años pasó varios días sin conectarse a la red y recuperando el sueño perdido. Al ser consultado por los múltiples clones que aparecieron, indicó que había probado uno llamado Ironpants, que a su juicio era "un buen juego". También agradeció a aquellos que habían jugado Flappy Bird, sin hacer mayor alusión a los millones de jugadores decepcionados que su decisión dejó. "Gracias por jugar mi juego", finalizó.