"Dar trabajo digno, prestar un servicio a la sociedad y demostrar que los jóvenes y adultos con Síndrome de Down están capacitados para desempeñarse en un empleo cuando se les ofrecen las oportunidades para hacerlo". Esos son los tres ejes con que el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, definió a "Lavandería 21", el nuevo proyecto laboral de su diócesis, en la VIII Región, que justamente incorpora a personas con esta condición.
Según cifras del Servicio Nacional de la Discapacidad, un 70% de chilenos con capacidades distintas no realiza un empleo remunerado. "Por ello y frente a esa carencia es que surgió esta idea, como una forma de contribuir a una mayor inclusión social en nuestro país", detalló Chomalí.
La lavandería, que actualmente está en su fase final de construcción, se ubicará en pleno centro de Concepción, al costado de la parroquia Sagrada Familia, y debería entrar en operaciones durante el próximo mes de junio. Los servicios que entregará son de lavandería, secado y planchado industrial. Todo eso para hoteles, restaurantes, hospitales y empresas que lo requieran.
En un principio, el proyecto contará con 10 jóvenes como operarios y dos administrativos. Todos ellos recibirán capacitaciones para empaparse con las tareas propias del negocio. "Además, en las clases serán apoyados y acompañados por sus padres, quienes se encargarán de reforzar en casa lo aprendido en el taller", apuntaron en la iniciativa.
Maité Otondo, académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y encargada del modelo pedagógico del proyecto, destacó su valor social y laboral. "Ellos (los jóvenes con Síndrome de Down) se sienten muy importantes en el desarrollo de este proceso, porque durante toda su vida han visto que en ninguna parte tienen posibilidades de insertarse de manera permanente en un trabajo", dijo.
Las familias de los postulantes también manifestaron su entusiasmo. Doris Fernández, por ejemplo, madre de Carlos Echeverría (23), joven con Síndrome de Down, explicó que "las oportunidades para insertarse en el mercado son casi nulas. Esta idea es el primer proyecto que les entrega una posibilidad concreta y realmente los considera".
Según sus gestores, la lavandería implica una inversión de $ 140 millones y cuenta con el aporte de diferentes fundaciones y entes privados. Sin embargo, subrayan que aún necesitan cerca de $ 20 millones para finalizar el proyecto, además de la compra de dos camionetas para el traslado de la ropa de la lavandería.
"Vamos a demostrar que estos jóvenes son muy capaces", enfatizó el arzobispo Chomalí, agregando que, como segunda etapa, "ya estamos buscando socios para instalar una lavandería de similares características en Santiago, y así crear nuevas oportunidades sociales para estas personas".