La capacidad de alterar el ADN en los seres vivos ha sido un reto científico de larga data y no ha estado exenta de polémica, ya sea por los resultados o por las consideraciones éticas. Más allá de esa discusión, un grupo de investigadores de la Universidad de Nanjing, en China, dio un paso enorme en ese desafío: logró crear dos especies de micos gemelas -llamadas Ningning y Mingming-, a las cuales se les manipularon dos genes cuando estaban en estado de embrión, antes de ser transferidos a las madres sustitutas.

Los investigadores utilizaron un método llamado CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, por sus siglas en inglés), que, en términos simples, permite cortar y pegar ADN en los organismos vivos utilizando bacterias que actúan como "tijeras genéticas" para introducir y dirigir los genes que se quieren investigar.

Ya en 1987, científicos japoneses describían esta técnica como una posibilidad de editar el ADN. Pero hasta ahora, si bien se podía insertar un segmento corregido de ADN, éste se ubicaba en cualquier lugar de la cadena de ADN. Ahora se logró hacerlo con mayor precisión.

Del mono a los humanos

Según Jiahao Sha, líder de la investigación, los resultados de este trabajo demuestran que bajo este método se podría experimentar con fallas genéticas que conducen a ciertas enfermedades en los seres humanos, de manera de probar medicamentos o monitorear el progreso de esas enfermedades. Además, en el futuro, la técnica también podría servir para eliminar genes defectuosos en un embrión y así prevenir algunos de esos males. "Teniendo en cuenta que muchas enfermedades humanas son causadas por anomalías genéticas, las modificaciones genéticas dirigidas en los monos son muy importantes para generar modelos de enfermedades humanas", explicó Jiahao Sha, en declaraciones que reproduce la cadena española RT.

Los investigadores destacan que se trata de un avance relevante tomando en cuenta, además, que hasta ahora ha sido muy difícil conseguir resultados positivos con enfermedades degenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.

El uso de monos en esta investigación también generó comentarios. "Los ratones son fantásticos modelos para algunos aspectos de la fisiología humana, pero no siempre son perfectos y es bueno tener alternativas", comentó Robin Lovell-Badge, director del Departamento de Genética del Instituto Nacional de Investigación Médica de Londres, a The Guardian. Sin embargo, en el mismo medio, otras voces solicitaron la prohibición total de la manipulación genética de los monos.

No es el único punto en discordia. Los cuestionamientos éticos contra la manipulación de embriones han sido materia de una larga discusión. Basta recordar que en 2001, el ex Presidente George W. Bush retiró el financiamiento público para las investigaciones con células madres embrionarias, algo que cambió con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.