Para los colocolinos, Cristián Varela es el hincha, accionista, primer presidente y ahora segundo hombre de Blanco y Negro. Para los empresarios, el responsable, junto con José Patricio Daire, de la exitosa reinvención de ChileFilms.
Su negocio familiar, en cambio, es desconocido para la mayoría y lo tuvo relegado durante mucho tiempo. Se trata de la representación exclusiva que posee -con sus hermanos Francisco y Carolina- de las marcas de ropa más elegantes que puedan encontrarse en Chile. Son 11: Versace, Aquascutum -en cuyas etiquetas se lee que está autorizada para fabricar ropa a la Casa Real Británica-, Pringle y Lochcarron, ambas de Escocia y famosas por sus suéteres; las inglesas Jaeger y Daks, las alemanas Escada y Basler, las españolas Laurel y Sita Murt y la italiana Cavalli.
La ligazón de los Varela con la moda viene por la madre, Cecilia Noguera. Ella abrió una boutique en 1971 y trajo muchas de las marcas que representan sus hijos. Hace 14 años decidió retirarse y les heredó el negocio. "Nunca le dediqué tiempo", dice Cristián Varela, quien este año decidió dar un giro y profesionalizar la gestión. En mayo tomó el control de la administración: el negocio, que siempre fue manejado por una cuñada, pasó a ser gerenteado por Ina de la Fuente, ex empresaria de catering. Se liquidó el stock antiguo hace un par de semanas, sumando ventas por $ 100 millones.
Units, la sociedad donde participan los hermanos en partes iguales, factura US$ 3 millones anuales. "Queremos crecer y, entre otras cosas, vamos a ampliar el nicho femenino con líneas juveniles y casuales. Estamos detrás de nuevas marcas", cuenta Varela, quien en estos días viene regresando de Europa, adonde fue a buscar marcas que puedan "pegar" en Chile.
Por ahora tienen dos tiendas, cuyas casas son propias: una en Nueva Costanera con Alonso de Córdova, donde están Jaeger y la ropa de mujer Basler, y otra en Alonso de Córdova con Los Laureles, que ocupaba Burberry. Pringle está en Alto Las Condes.
"El año pasado cerramos Burberry y dejamos la representación, porque nos exigían invertir unos US$ 400 mil en remodelar la casa. Y no había mercado", explica Varela. Reemplazaron las carteras, accesorios e impermeables de la firma inglesa por las italianas Versace y Cavalli en sus líneas masculina y femenina, respectivamente. En la misma tienda, sin nombre aún, están Laurel y Daks, Aquascutum y Escada.
Entran los Varela junior
Varela pretende continuar la tradición familiar. "La idea de profesionalizar el negocio es para que trascienda de una generación a otra, porque si no, se muere. Que mis hijos y sus primos puedan administrarlo un día", explica. Ya avanzó un paso: desde el 1 de agosto Varela y sus seis hijos, a través de AD Retail, tomaron la representación exclusiva del diseñador español Adolfo Domínguez.
"Mi hijo Juan José (26, ingeniero civil de la UC), que trabaja en el family office de los Avayú, tenía un contacto con Adolfo Domínguez. Ellos estaban buscando un franquiciado, ya que decidieron cerrar sus operaciones directas en Latinoamérica; les gustó nuestra estructura y, después de una corta negociación, firmamos".
La tienda de Adolfo Domínguez, en Alonso de Córdova con Francisco de Aguirre, va a duplicar su tamaño para dar cabida a la línea masculina. Y están buscando tres nuevas ubicaciones en La Dehesa, El Golf y un centro comercial.
Adolfo Domínguez también le otorgó a Varela la franquicia en Brasil y Argentina, para lo cual se asoció con José Patricio Daire, el dueño de ChileFilms. El plan de aperturas en Brasil es de 27 tiendas en cinco años, la primera en Oscar Freire, la avenida más exclusiva de San Pablo. Argentina irá más lento.