Es tarde, las cosas están saliendo mal y Mick Haller está borracho. Su ex esposa lo lleva a su casa y lo mete en la cama. Antes que se desvanezca, se confiesa: "¿Sabes a lo que le tengo miedo? A no reconocer la inocencia". No es poca cosa: el negocio de Haller es justamente la inocencia. Es su trabajo: el abogado se mueve en los límites del sistema judicial de Los Angeles ( California) convenciendo a jueces y jurados que sus defendidos son inocentes.

Haller, especializado en narcotraficantes, criminales de poca monta y en quien pueda pagarle, no para de moverse. Guiado por su chofer, un afroamericano que le debe varios favores, recorre Los Angeles sobre un Lincoln: es su oficina. Se mueve bien en la calle y mucho mejor en un tribunal. Es un ganador innato.

Pero, ya se sabe, a todos les toca perder: Haller cae hasta el fondo en la película Culpable o inocente, que este jueves llega a los cines locales.

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Interpretado en la pantalla por Matthew McConaughey, la cinta de Haller está dirigida por el Brad Furman y viene con un sello de verosimilitud: está basada en la novela El inocente de Michael Connelly. Que se sepa: Connelly, acaso el más ascendente narrador policial de la actual escena negra norteamericana, no inventa nada de lo que escribe. Antes, todo pasó en la realidad.

"Sería ideal decirte que soy genio creativo que inventa todo esto, pero en realidad no es así: soy un reportero de corazón. Sé hacer preguntas, conseguir historias interesantes y ordenarlas en un texto de ficción", dice Connelly al teléfono a La Tercera desde Tampa (Florida) donde vive hoy con su familia después de varios años reporteando los bajos fondos de Los Angeles.

En este caso, hablando Mick Haller y su novela El inocente, se refiere precisamente a esto: "Hace más o menos 10 años conocí a un abogado de Los Angeles que usaba un auto como oficina. Luego, seguí a otros dos abogados de la ciudad para enterarme bien de qué se trataba su trabajo", cuenta Connelly.

"Por eso, puedo decirte que El inocente refleja con bastante precisión el sistema legal de California. Y Haller, que si bien tiene una visión muy cínica de su trabajo, conoce exactamente los atajos del sistema. Ese tipo de abogado existe", asegura.

Ajustes más ajustes menos, también los callejones oscuros del sistema judicial de Los Angeles están en la película Culpable o inocente. Retratado varias veces en el cine, ese universo aparece en la cinta como fácilmente corruptible. Un mundo donde el dinero es básicamente lo que importa. Y Haller opera así: antes de saber exactamente de qué se trata el crimen por el que acusan a Louis Roulet, un joven de una poderosa familia en California, pide 100 mil dólares de honorarios. Una vez adentro, llega lo inevitable: reconocer la inocencia no será nada de fácil.

En el set con Connelly

A mediados de los 80, el escritor pisó Los Angeles. Iba con un título de periodista y estaba hipnotizado por las novelas de Raymond Chandler. Tenía una idea clara, quería ser reportero policial. "Creí que me ayudaría ir a los lugares del crimen, conocer a detectives, estar en los juicios. Así fue. El periodismo me dio una visión realista, que creo que es una de las razones por las que he tenido éxito", dice el autor bestseller.

También lo ayudó James Ellroy. No directamente, claro: los zonas oscuras de la biografía del autor de L. A. Confidencial (su madre fue asesinada cuando él tenía ocho años) salieron a la luz cuando Connelly estaba dando forma a su detective Harry Bosch, a quien le dio la misma maldición: también mataron a su mamá. "Más que sus libros, la vida personal de Ellroy me ha influido mucho", dice.

El detective Bosch, que ya tiene 17 novelas, es el personaje central en la obra de Connelly. Pero pese a su éxito en EE.UU., aún Hollywood no se ha atrevido con él. Aunque sí con su autor: en 2002 Clint Estwood llevó al cine su novela Deuda de sangre. El mismo Eastwood lideró un elenco que sumó a Jeff Daniels y Anjelica Huston.

Connelly no hizo nada en esa cinta y, aunque oficialmente tampoco participó en Culpable o inocente, de alguna forma se introdujo. "No estaba muy involucrado, pero Matthew McConaughey me buscó y conversamos bastante sobre Mick Haller. Pero la verdad, no tuve nada que decirle: el sabía perfectamente como interpretar al personaje", dice el escritor.

En una de las ocasiones en que Connelly fue al set mientras rodaban, le llevó a McConaughey y al director Brad Furman una sorpresa: dos de los abogados que inspiraron a Haller. El tercero, el hombre del auto, se perdía en las calles de Los Angeles. Pero ya estaba: Connelly había captado ese ritmo, es para lo que vive. "Los Angeles es extremadamente importante para mis libros. Es un personaje más. Ni Bosch ni Haller funcionarían en otra ciudad", dice el escritor.