Le ofrecieron entrar a Pelotón. Ser rostro de una multitienda. Y en la agenda de la polola de Nicolás Massú aparecen tantos desfiles, que debe rechazar algunos. Pero Dayane Mello asegura forrada en unos jeans súper ceñidos y con escote a lo Sofía Loren, que a pesar de su nueva celebridad por el romance con el tenista top y las portadas, vive en el mismo departamento de Providencia y continúa dando las caminatas por Suecia -su único régimen de ejercicios-. Y que todavía es la brasileña de Santa Caterina que llegó a los 17 años a Chile y con tal de tener trabajo todo estaba bien. "Claro que es bonito ver las fotos con tu pololo en la tapa de una revista, pero mi vida sigue igual. Y tampoco quiero hacer tantas cosas y ganar tanta plata. Desde el principio de mi carrera con lo que me pagaban estaba bien. Ahora estoy contenta con lo que tengo", asegura en un idioma más portugués que español.
Por eso rechazó Pelotón. "Porque estar tres meses en un reality, mostrándose, no es para mí", afirma tajante la joven de 20 años que tampoco estaría en Yingo, Calle 7 o algunos de esos programas de tarde de niñas con poca ropa y amores adolescentes. "No", responde. "Son cosas que no me convienen", explica moviendo rápido sus pestañas negras y largas. "Hay mucho interés en Dayane y como es bastante requerida a veces hemos tenido que dejar de lado trabajos por coincidencia de fechas y otros detalles", confirma Raimundo Ortiz, el director de la agencia ID Models, que la representa.
Su tipo sexy a lo Victoria's Secret, más de revista de papel cuché que de bailable en la pantalla chica, conquistó peldaños rápidamente cuando llegó, hace tres años. Hizo campañas. Comerciales. "Aquí mi mercado son las fotografías y los comerciales y no tanto los desfiles. Me gustan las fotos de moda, en bikini, trajebaño, porque lo mejor que hago son las cosas más sensuales", dice.
Su affaire con Massú partió en el verano. Luego Mello estuvo cinco meses en Milán junto al deportista, haciendo más que nada catálogos. Ganó 70 mil dólares, volvió y aquí las peticiones no se detienen. En los últimos días viajó a Guatemala a hacer una campaña. Se fotografió para un calendario y para una casa comercial. También la retrataron para una revista de polo. Puede asistir a unos cuatro castings por día. Y cada vez que Massú juega ahí está. Alentándolo junto a Sonia Fried, la madre del deportista que ha declarado que "adora" a esta brasileña que a los 11 años "era flaca, alta y muy fea" y ahora es la más llamativa del court. La maniquí del momento.