El museo Kunsthal de Rotterdam, Holanda, lo tenía todo para convertir su vigésimo aniversario en el más inolvidable de su historia. Sin colección propia, los directivos de la institución habían logrado algo inédito: la familia Cordia, una de las más adineradas de los Países Bajos, gracias a sus inversiones petroleras, accedió a prestar 150 obras de su valiosa colección de arte, agrupadas bajo la Triton Foundation, y que por primera vez se exhibían a público. Como rezaba el catálogo, se trataba de "obras representativas de los artistas más importantes e influyentes de finales del siglo XIX hasta hoy", donde había piezas de Mondrian, Duchamp, Willem de Kooning y Van Gogh. Sin embargo, la exhibición que abrió el pasado domingo 7 de octubre duró poco más de una semana.
Ayer, la dirección del museo Kunsthal notificó que ladrones ingresaron al edificio la madrugada del martes, entre las 3 y 4 AM, y se llevaron siete pinturas: Cabeza de Arlequín (1971), de Picasso; La lectora en blanco y amarillo (1919), de Henri Matisse; El puente de Waterloo y El puente de Charing Cross, ambas de 1910, de Claude Monet; Mujer ante una ventana abierta, de Paul Gauguin (1888); Auorretrato (1889-1891), de Meyer de Haan, y Mujer con los ojos cerrados (2002), de Lucian Freud.
"Los cuadros tienen un valor incalculable", afirmó consternado el fundador del museo, Wim van Krimpen, evitando dar cifras exactas del avalúo. Sin embargo, el robo ya es considerado por la policía como uno de los más espectaculares de los últimos años. Fue una "operación audaz y bien planificada", dijeron los expertos en seguridad, quienes temen que la banda usara el puerto de Rotterdam para mover las pinturas al extranjero.
Consultado por el diario holandés De Volkskrant, el director de la casa Christie's en Amsterdam, Job Ubbens, se negó a dar una estimación del valor de las piezas, pero aseguró que podría ser de "50 millones de euros o más", dando como ejemplo que una obra de Monet, de la misma época que las robadas, se subastó hace cuatro años en casi 52 millones de euros, la cifra más cara pagada por un impresionista. Ubbens esbozó además la tesis de un "robo por encargo": quizás de algún coleccionista, que le apeteciera más contemplar las obras que comercializarlas. "Venderlas sería realmente estúpido. Son tan conocidas, que nadie va a querer saber nada con ellas", agregó.
En los últimos años se han producido otros valiosos atracos de arte, pero en cantidad de piezas este es el más cuantioso. En 2010, cinco obras de Picasso, Matisse y Braque, avaluadas en casi 500 millones de euros, fueron sustraídas del Museo de Arte Moderno de París. Ninguna ha sido recuperada. Mientras que en 2008, cuatro obras de Van Gogh, Monet, Degas y Cézanne fueron robadas de una fundación en Zurich y sólo dos han sido halladas.
El museo estará cerrado mientras se realiza la investigación, que incluye análisis de huellas y de los registros de las cámaras de seguridad. En tanto, el perito Tom Cremers mencionó el diseño del edificio, del famoso arquitecto holandés Rem Koolhass, como uno de los puntos débiles que podría haber sido aprovechado por los ladrones. "Como galería es una joya, pero es horrible en términos de protección. Los ventanales permiten trazar muy bien cómo descolgar los cuadros y llevárselos".