Una prueba de adn al cadáver del ex campeón mundial de ajedrez Bobby Fischer demostró que no era el padre de una niña filipina.Una mujer de esa nacionalidad sostenía que Fischer era el padre de su hija Jinky Young, tras una relación surgida mientras el maestro vivía en ese país, en 2001. El GMI dejó una herencia de US$ 2 milones.